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viernes, 31 de marzo de 2017

LOS PAREJEROS QUEMADOS





Fue para un ocho de Enero, en el Paraje Lezama
cubierto de brasa y llamas, se queman dos parejeros,
Un Picazito liguero y una Yeguita Pintada,
la que estaba preparada para cubrir las apuestas,
y fue en hora de la siesta cuando el silencio reinaba.

A esa hora los mensuales descansan la mayoría
El fragor del mediodía de los trabajos rurales
Y los pobres animales sin mas testigos que Dios
En aquel momento atroz de irremediable final
Donde una trampa mortal los aguardaba a los dos.

A las dos del dia de Enero cuando el calor sofocaba
Aquel estud se incendiaba misteriosamente entero
Y Dominguez el canchero a tiempo se a despertao
Por milagro se a salvao de aquella temible hoguera
Y alcanzó a salir afuera para caer desmallao.

Al tiempo que el fuego abraza con inmensas llamaradas
Sale en forma insospechada su dueño Rail Barraza
Ve a Dominguez de su casa y tiende a ir en su encuentro
Frente a sus ojos el centro de un tétrico panorama
El estud cubierto en llama con los caballos adentro.

Mientras Raul y Escudero como dos niños lloraban
Al ver como se quemaban los dos pobres parejeros
Se eacucha en el entrevero a la mujer que ve aquello
Tomándose los cabellos corrió hasta la quemazón
Pidiendo entrar al galpón para quemarse con ellos.

Nada se supo aquel dia del desgraciado episodio
Nadie cree en tanto odio pa tremenda cobardía
Solo con gran valentía se atreve algun asombrao
Al ver un cuadro formao entre cenizas cubierto
De dos parejeros muertos completamente quemados.

Nadie puede imaginar tanta impotencia y dolor
De aquel hecho aterrador sin estar en el lugar
Mas de uno irá a aventurar alguna suposición
De hallarle o no la razón pero la raza del echo
Es el que lleva en el pecho el peso de una traición.

Aunque se apague la llama del lamentablemente suceso
No a de borrar el progreso todo el dolor de Lesama
Vivirá siempre la fama del Picaso y la Pintada
Cuando en aquella largada hicieron vibrar las playas
Ganando de raya a raya mas de una depositada.

Para la jerga burrera quedo un profundo dolor
Un amargo sin sabor que fácil no se supera
Y en la última carrera sin público aficionao
El destino había apostado mas de un boleto sin suerte
Al clásico que la muerte les ganaría cortao.

Fatídica fue la siesta de aquel día delirante
Que deja de interrogantes mil preguntas sin respuesta
El sol se perdió en la cuesta como un medallón dorao
Testigo que fue callao y en un silencio absoluto
Tiende la noche su luto.. ¡sobre los restos quemados!!

Letra: Los Parejeros Quemados -Abel Ivroud-


miércoles, 29 de marzo de 2017

EL CHASQUI ARGENTINO

El Chasque de Patagones de Aldo Chiappe


"Sí, Capitán, llegaré!", dijo el chasqui Justo Ayala.
-"Salvo que una bala me baje del pangaré.
La nota la retobé en un basto del recao 
y si caigo acribillao, Rodando entre polvo y pasto, 
naides sabra que en un basto llevo un secreto sagrao".
 Cuenta el que el caso describe que una tarde ya sol adentro;
 Ayala tuvo un encuentro con un piquete de Oribe
 y al grito de -"¡Alto, ¿quièn vive?", Al chasqui lo sorprendió
 ¡viva mi patria, exclamó Con una actitud tremenda, 
Y como pidiendo rienda El pangare relincho.

 Juyamos le grito al flete Y se echó sobre la cruz, 
Y partió como una luz El pangare y su jinete 
Y tras el chasqui el piquete Se lanzó a todo correr 
Aunque era al anochecer  A la sombra de esas horas 
Balazos y boliadoras Le empezaron a llover.
El chasqui era hombre experto En el llano y en la sierra, 
Iba leyendo en la tierra Igual que un libro abierto,
 Y cuando cruzó el desierto Cumpliendo con su deber:
Cuidaba más que a su ser A medida que iba andando, 
El secreto que el comando Le confiara en el poder. 
Allá entre el cielo y lejura Iba al trote y galopiando,
 Pero siempre conservando Fresca la cabalgadura
 Atravesó la llanura En su experiencia confiao:
 Y si en algún descampado Llegarán a divisarlo, 
Cualquier suerte iba a encontrarlo Con el flete descansao. 
Como había anochecido La partida se volvió,
 Entre las sombras perdió El rastro perseguido 
Aunque el chasqui había juido Una bala lo alcanzó 
Entre las sombras se oyó De sus labios un quejido 
Y el paisano dolorido Sobre la cruz se inclinó. 
-"Pangaré desde este día si llegamos a la meta
 te deberá una jineta la gloriosa patria mía".
 mientras esto lo decía, las crines le acarició: 
-"Dios quiera, dijo, que yo llegue al comando con vida"
 y apretándose una herida al trotecito siguió. 
Sólo dijo en la llegada el moribundo patriota,
 -"Mi jefe traigo una nota en un basto retobada..." 
y sin pronunciar más nada murió sobre su bagual.
 Hoy quien sabe en qué cardal, o a orillas de qué camino, 
descansa el chasqui Argentino de nuestra guerra rural. 
Atento a la polvadera Que resugiera en el llano 
Como el rumor lejano Que a la distancia se oyera 
Así sirvió a su bandera Este anonimo soldao 
Muchas veces obligao Ante el peligro bravío 
Atravesó a nado un río Como el monte enmarañao
 Dijo así el Chasqui Argentino Por mi patria y por mi nombre, 
Apeligrando como hombre Los contrastes del camino 
Hasta su propio destino La nota conmigo irá: 
Si la mala suerte allá Se me cruza con un plomo,
 Con mi estampa sobre el lomo Mi flete la llevará.






Letra de Julian Martín Castro
Interpreta Pantaleón Villagra