lunes, 1 de octubre de 2018

EN UN OSCURO - SAUL HUENCHUL

Era un oscuro delgao sin ninguna mancha blanca, bonito de encuentro y anca y de cruces levantaos; naide lo había manoseao desde el día en que dío un tirón, quedó el oscuro capón como quedan tantos otros para pasar a ser potro y más tarde redomón. Miguel fue que, 'dicidido', quien sin mucho cacareo en el primer revoleo le desparramó el torcido, pegó el oscuro un ronquido y como quien ha rodao, quedó en el suelo estirao pero con las manos juntas de ahi sin darle más punta lo sacamo'embozalao. La clinera rebolcada y el flequillo con abrojo le tapaba los dos ojo' como una venda colgada; ida y triste la mirada sin dejarse doblegar no nos dejaba arrimar, a lo puma atropellaba y oliendo el suelo roncaba como un toro pa pelear. Después cuando de un picazo mi compañero lo ató y de arriba lo orejeó pa salvar los manotazos, yo entre echarle los pedazos de mi cuerambre gastao y al apretarle el bocao como la cincha de un viaje se quedó tiezo el salvaje pero con el lomo arqueao. Al cuero no se lo puse porque andaba ejercitao y en cuanto estuvo cinchao de arriba le miré el tuce y agigantando las luces que Dios nos da sin fronteras ni bien dende la esidera lo largamo'al sabandija, lo envolví por las berijas con todita la sotera. Pegó un salto y un quejido y al tocarlo por el pico, lo mesmo que a gurís chico me entró a cimbrar afligido, yo andaba medio ingreído como jabalí grandote; primero me echó al cogote, después me corrió pa'trás, y desde ahi no pude más ni por Dios darle otro azote. Y así después de un montón corcovos alto' y colgao', buscó el campo el disgraciao gritando como un pichón; cada salto un sacudón bien en el aire me hacía y cuando con valentía, Miguel le cruzó el picazo, si me dolían los brazos mas un garrón me dolía. Después ya más tironeao y sobre las huellas crudas me acostumbré por las dudas a galopearlo trampeao y aunque al sentirse taqueao tuvimos otros desencuentros, ¡pronto daba vuelta adentro para montarlo apurao y salía con el bocao tocándose los encuentros. Lo hice de "en pelo" también, y lo estrené en cien terrenos como para no ser menos que el oscuro de Pincén, y la vez de que un tal Klen me lo salió a negociar, creyendo que lo iba a andar se lo negocié nomás por un zaino que jamás, pude otro mejor montar. Claro que no era el oscuro de montarlo a rienda suelta y aunque adentro daba vuelta, no era pa lerdos seguro, y el día que sin apuro lo entregué por lo ya hablao, era entuavía de bocao y hasta he pensao sin doblez que es muy capaz que se fue sin ser caballo enfrenao.


1 comentario:

  1. A veces salen bravos ,los resabiados que van quedando en las estancias por bellacos : muchos se venden a tropilleros pa caballo e criolla y el que tiene la suerte de encontrar un gaucho agalludo y con paciencia generalmente hace un buen caballo

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