viernes, 3 de julio de 2020

El Olvidado y el Vagabundo



En la vereda sentado
en las puertas de un acilo
esta el viejito Cirilo
por sus hijos olvidados
La tristeza le ah ganado
Ni quiere asomarse afuera,
Al morir su compañera
Y al abundar la imprudencia,
Sus hijos querían la herencia
Y su rancho fue tapera.
Lo llevaron engañado,
Aunque el algo sospechaba
Paz sus adentros pensaba
Paz adonde iré jubilado,
pero salió resignado
echo una larga mirada
y la quinta la majada
sus ojos le quedan fijos
pensando que crio a sus hijos
trabajando con su amada.
Corbata, corbata era el ovejero
asi el dueño lo llamaba
que aya triston caminaba
del galpón al gallinero
pero en una gesto sincero
el perro hacia el viejo vino
y maldiciendo el destino
que si instinto le despierta
lo acompaño hasta la puerta
que estaba junto al camino.
Y ahí queda el perro para
viendo que al faltar la madre,
sus hijos llevan a un padre
hacia un acilo engañado,
el se queda abandonada
y por lo que el intuía
justamente al otro dia
aunque esto paresca un sueño
Apareció un nuevo dueño,
En el rancho que el vivía.
El no quiso otro patrón
Prefirió ser vagabundo
Y se largo a un nuevo mundo
Sin que le falte razón,
Fue triste aquella ocacion
quisas, quisas lo empujo el destino,
supo contar un vecino
que solia cortarle el sueño
al fregonar por su dueño
aullando por los caminos.
Del pago se fue alejando,
se mete en una ciudad,
dejo atrás la soledad
que lo venia maltratando,
Seguro dios lo iba guiando
pal lado de que el se acordaba,
y una mañana que estaba
sentado al sol don Cirilo
ve que pal lado del acilo
un corbata se acercaba.
Se le escapa un lagrimon
se le moja la mejilla
y al ir dejando la silla
Temblaba en el arrancon
Engarrotao de emoción
corba, corbata le pego el grito,
se queda el perro quietito
oye que lo estan nombrando
cuando ve que va chuequeando
pal lado del un viejito.
Con las dos rodillas en tierra
abrasa al perro el abuelo
y suelta un beso pal cielo
con cosas que adentro encierra,
A su creencia se aferra
sabe que dios va a escuchar
que no deje de rezar su compañera le dijo
y que un sopapo de un hijo hay que saber perdonar.
Ejemplo el que vino a dar
el perro con su cariño
si hasta lloro como un niño
que pregona pa mamar,
El que no quiso dejar
que lo mande otro patrón
vagabundeo con razón
hasta encontrarlo a Cirilo
y vive dentro el acilo
por tener buen corazón

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