viernes, 22 de julio de 2022

El Tobiano Azulejo



"Era un Tobiano Azulejo de buen galope y buen tranco d´esos que se ponen blanco cuando van llegando a viejos. de encuentro y lomo parejo de tuztuz sobresaliente lindo de anca y de frente, pero de mas pateador mal llevao manoteador y como perro pal diente" Mostraba por los colmillos, y por lo carrretilludo que de muy grande el clinudo había andao de padrillo, con un potro doradillo que pa correr me gustaba lo traje una vez que andaba domando de zona en zona junto a el unas frisonas marca de Aurelio Lazaba. De arriba lo habia tirado y era blandon en la boca pero estando con la loca le moslestaba el bocao aquella noche habia helado y ala mañana blanqueaba todito el capo que estaba sereno blanco y sin viento si hasta el vapor del aliento parecia que se escarchaba. Me ahia manda el patron a que encerrara el consumo y ah que hiciera algunos humos porque andaba cerca el lion recuerdo que iba al troton, por una huella que habia despacito el "Ongania" me seguia desde lejos pues sabia que el azulejo se espantaba hasta del dia. Yo iba pensando en bajarme, pa acomodarme el recao. cuando arrancao el mal llevao dispuesto a desparramarme no me permite afirmarme, medio bien en el cogote, y echando manos a mis dotes queria caerle parao, hasta que quedo trancao en un Piquillin grandote. En un santiamén salte, con el cabestro en la mano sin darle tiempo al mal sano, a que arrancara otra vez pero ni bien asenté la alpargata en el suelo. se me vino sin recelo dispuesto a hacerme en los dientes, como un toro, de imprudente lleno de rabia y revuelo. Le gambetie pa un costao y con toda la azotera. lo toque por la mollera pro si se ahbia equivocado, y al sentirse asujetao, por el cabresto enseguida, con intenciones heridas y las orejas pa´tras me encaro dos veces mas con la mirada perdida. Sin largarlo del cabresto y el rebenque revoleando, lo estube unr asto chistiando hasta que cambio de gesto, y aunque de abajo detesto castigar a un animal. en trance tan desigual y en campo tan sin amparo si a rebenque no loo paro, lo hubiera pasao muy mal. Cuando por fin lo manie, y le acomode el recao, con el cabresto maniao, bien malcornao lo monte despacito lo anime pero con fe en el garron, y al rato medio al troton me vio el pasto y el poleo, con los capones de arreo, rumbo a las casas piolon. Pero el Tobiano Azulejo, no era pa´andarlo paveando recuerdo de ir paseando de los corrales no muy lejos. al pisar un tarro viejo volvio a asustarse otra vez pero esta vuelta otra vez me dejo en una sentada en el traste una patada, un buen suelazo y de a pie.

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