¡MAMA...A!

¡Si! ... sientem´en sus rodiyas;
¡Ligero, mama... ligero!
craigo mé he quebrao l´isliya;
junto al serco ´e coriniyas
se me dió vuelta el Overo.

¡Pcha, si duele hasta ´l alma!
Pongame un rimedio d´esos ...
¡D´esos, que siempre me sanan!
¡Pronto! D´ese engüento, mama...
¡Del engüento de sus besos!

¡Aj ya sient´un alivero; 

áura po´aquí, por la trompa,

pa´que grite al mundo entero 

que no hay dengún  curandero
que cure ... ¡como su boca!

¡Pero no! .... ¡No estoy bien sano!...
¡Mama, qu´el dolor mi ha güelto!
¡Mama ....a ! ¿Pa´qué diantre llamo?
Si ya tengo ¡cincuenta años!
y usté ... ¡va pa´diez qui ha muerto!

PRIMAVERA EN MIS PAGOS

Ilustración Rodolfo Ramos

¡Güen día, Primavera!
ti ayegastes di un viaje
con tropilla d´encantos
sencserriando asusenas...
y has metido en las venas
de tuíto lo que vive aquí en el campo,
ganitas di amar hondo, ¡di amar tanto!,
que ni los aguaraces del barranco
han querido dejar sus madrigueras.

¡Cómo habia estao ´e taura tu mañana! 

¡velay! si hast´emborrachan sus olores;

y a justa é repartir cantos y flores 

has disfrasao é fiesta la campaña;

po´ayá, dies contrapuntos de calandrias;
po´aquí, aguasiles que redaman oro
y hasta el mesmo pelaje de los toros
parese que sangriara.

Y el canñadón qu´ envejesió ´l invierno
ha lisao sus arrugas;
y han güelto a visitarlo las bandurrias,
los chorlos y sigüeñas,

de que lo ha persinao las cortaderas
con el"agua bendita" e´las garugas.

Si hasta la garra uñosa e´los caranchos
si ha lijao al pasar por las verbenasm

y a sus picos ´e gancho
han aplanao en el dulsor di un canto

pa´tener suavidades con la hembra.

Y disvarean los macás en selo;
y se besan di amor tuitos los pastos;
y s´ encrespan las aguas del remanso

y si ayuntan los serros....
mientras con sobresincha de misterio
se v´ajustando al lomo de los campos
la caroniya asúl bordada en blanco
qu´el año juído había empeñao el sielo
al coimero del tiempo,

y que hoy ha rescarao, pagando al precio,
de sorsales, de brisas y de tréboles.

*Transcribo la letra de ARSENIO Cavillo Sinclair
tal cual escrita en el libro "Poesías Camperas" con su ortografía particular.

La cautiva

Tronaron amenazas; estremecióse el llano
bajo el recio galope de la iracunda hueste,
y los mejor templados temblaron por la suerte
que tocaría a la esposa del coronel hispano.

En raciales rencores, se crisparon las manos
ensayando estrujones en las empuñaduras
y las mentes forjaron espantosas torturas
para vengar la afrenta del indio temerario.

Primitiva tonada los endilgó en la marcha
y avanzaron feroces, con las armas tendidas,
hasta un claro del bosque donde en tálamo agreste,
la hermosa castellana, por dos veces cautiva,
la cabeza inclinaba..., dulcemente dormida
sobre el pecho taurino del guerrero Tehuelche.