:
Cierta noche de Puestero, el sol se venia dentrando salen los perros toreando y oigo el grito de unos teros pegó un relincho el Nochero que se hallaba en el corral como presintiendo el mal quedó de orejas paradas, con la vista bien clavada bichaba pal matorral.
Recuerdo que en mi tropilla tenia una madrina Overa,
que yo maneaba ande quiera pa´cambiar mi pingo e´silla;
eché una cría Rosilla con algunas manchas raras,
la escuché que resoplaba y al relinchar me advertía,
si parecía que decía que ayuda necesitaba.
Mi gaucha, mi gaucha llegó diciendo:
¡Rosendo! ¿Qué está pasando? y yo que estaba dudando
le dije-: Nosé ni entiendo, por las dudas te prevengo
entra al rancho y trancalo. Yo al instante me resbalo
para descubrir lo que pasa, y si no vuelvo a la casa
por mi rastro averígualo.
A mi nochero Lobuno, le acomodé una baraja,
y me apreté bien la faja por si el caso era oportuno
calzé como número "1" mi facón en la cintura
la noche se volvía oscura, manotié un par de bolas
lo espuelié y apreto la cola echándolo por la espesura.
Al ruido de los pichicos, la hacienda se alborotaba
y yo los ojos cambiaba al movimiento más chico,
al ñudo me desubico como tanteando el coraje
dije al emprender este viaje y descubrir la duda
aunque se ponga peluda, haré honor al paisanaje.
Cuando encontré la tropilla, me dí cuenta enseguida
que la Overa estaba herida por esa cría Rosilla,
a mi Lobuno de silla que traía bien enriendao,
lo v´í de paso cruzao que olfateaba contra el viento,
si ahi estaba ell hecho sangriento que un tigre había comenzado.
Era la potrilla de la Overa que el mandinga había apretao
y que ya tenia preparado para una fiesta verdadera
al ñudo se desespera para escaparse del felino
ese seria su destino si yo no hubiese marchado
pero ya estaba jugado, por algo nací argentino
!
De un salto nomas me apee con el cuerpo echo un ovillo
al recao el cojinillo de un tirón me resfale,
mi facón acaricíe si en el estaba mi esperanza
lo vi que el también avanza entre la noche oscura,
brillaban en la espesura sus dos ojos con venganza.
Con un rugido me apura con un salto me echo el cuerpo
pero yo no estaba indefenso y le cambié la cintura,
le eche por la dentadura el brazo y el cojinillo
le sepulté mi cuchillo hasta la cruz con afán
se me atrancó el gavilán y el bruto se hizo un ovillo.
De un tirón que le pegué quebré la "S" de plata
y te aseguro que a gata de otro avance me escapé
otra vez me enderecé para ver si se me venía
pero el bestia se torcía, hasta que se quedó sentao
pero al fin quedó estirado pagando al fin lo que haría.