Temprano había divisado del jabalí la pisada
y como por cosa de nada a rastrearlo lo había empezado,
el hocico acostumbrado de mis cinco perros dogos
me facilitaron todo y además en mi recado
un caronero afilado y un 32 con seis plomo.
Entre chuques y caldenes entre jarillas y yuyos
parecían un capullos de algodón mis cincos perros fieles,
de pronto un ruido se siente en medio de un fachinal
y se escucho un rezongar de un padrillo jabalí,
que dispuesto a no morir se preparaba para pelear.
Ocho años le calcule por su tremendos colmillos,
cazarlo no era sencillo, pero había que hacerle fe,
a los perros anime aunque no los precisaba
mientras yo desensillaba con mi caronero alerta
no podía verla muerta a esa ilusión que llevaba.
El chancho se había ganado contra el tronco de un caldén
y el mas cachorro Trelen lo encaro desde un costado,
Araucano acostumbrado lo busco por las paletas,
Taragüi de las orejas, Tragüa medio de atrás
y en el medio el más capaz mi perro Lihuel alerta.
Los cincos cachorros fuertes para matar o morir,
tratando que el jabalí no le háyase la muerte,
pero el endiablado con suerte largo un trompazo estudiado
y un colmillo afilado alcanzo a unos de mis perros
que lo dejo sin resuello abierto de lado a lado.
Y en otra encarada audaz el chancho desesperado
de frente se había topado con mi perro más capaz
y este quiso hacerle errar a mandinga el hocicazo
pero le formo un atajo un caldén en un costado,
así rodo ensangrentado el Lihuel entre los pastos.
Anime los otros tres y Tragüa mordió primero
y luego los tres se lucieron para no dejarlo mover
pudiendo entender mi pedido de venganza
y yo con furia de lanza al ver estaqueado salte
y con su sangre regué aquel pedazo de pampa.
Lo primero que atine fue atender mi perro herido,
Trenel quedo dormido tal vez pa nunca volver,
de a poco pude coser la herida de mi compañero
lo cargue con todo esmero sobre el lomo de mi caballo
y enderece pal rancho con mi desgraciado trofeo,
Luego lo hice embalsamar y ahí lo tengo de recuerdo,
a veces al Lihuel lo siento que comienza a rezongar
tal vez al verle brillar al chancho los dos colmillos,
ha quedado viejo y tullido solo con migo en el rancho.
los otros tres de regalo se los mande a un amigo.
Nunca más Salí a cazar con los perros a mi lado
mejor salgo bien armado y me voy lejos a postar
la noche sabe brindar satisfacciones mejores
y evitar los encontrones de mi fieles compañeros
porque cuidarles el pelo es ley de los cazadores.
wenisima!!!!
ResponderBorrarBrillante...!!!
ResponderBorrarExelente
ResponderBorrarBrillante
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