"EL DÌA QUE YO ME MUERA"
El dìa que yo me muera
y deje de andar penando
si es que alguno me recuerda
y si van al "campo santo"
no lleven flores compradas
llèvenme flores de campo.
Flores de trèbol y alfalfa
de rama negra o de cardo,
flores de cualquier camino
por donde yo anduve tanto,
arreando tropas de sueños
-de sueños y de ganado
hablando conmigo mismo-
Y tambièn con mi caballo,
compañero de la senda,
compañero del arado,
hechos camino y tiempo
de tanto andar resereando.
A veces con rumbo incierto
y otros buscando algùn pago
donde hallar un rancho amigo
y poder hacer un alto.
Llèvenme flores que tengan
olor a pampa y a pasto
de piquillìn, de caldèn
del algarrobo pampeano.
Sièmbrenme cualquier pastito,
ray gras, gramilla o esparto
y asì tendrè la impresiòn
que estoy durmiendo en el pasto,
como lo hice tantas veces
sobre mi humilde recado.