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sábado, 21 de diciembre de 2019

"Cosas de Boliche"



Mire paisano... lamento
tener que cáirle de punta,
haciéndole una pregunta
con algo de atrevimiento".
-" No cuñao, cualquier momento
pa' mi es oportuno y bueno,
y suelte el rollo sereno
preguntando a voluntá,
que pa´decir la verdá
mi boca no tiene freno".

-"Usted me da una alegría
con su trato tan cordial
y un hombre así liberal
casi encontrar no creía
por eso me agradaría
que con la misma manera 
me informara o me dijera
hablando aquí mano a mano
a quién le compró ese ruano
que tiene ensillao afuera".

-"Mi aparcero, en la ocasión 
pa' que escuche y no se olvide
el dato que usted me pide
va a dir de un solo tirón.
Y ese ruano tan gauchón 
que a mí me vido ensillao
al fin de agosto pasao
cayo a las casas perdido,
medio despiao, muy sumido
y hasta la cruz de embarrao...

...Lo eché al campo, y como al mes 
se me dió por ensillarlo, 
y ahí pude ver al tantiarlo
que era pingo sin revés.
Ya bien compuesto después
como algo me desempeño,
puse todito mi empeño
en lucirlo acomodao,
pa que  me lo halle arreglao
si un día aparece el dueño".

-"Yo que nunca me desvió 
de la razón, ni jugando,
aquí amigo conversando
le diré que el ruano es mío.
Se fue una noche de frío
que amagaba una tormenta,
y de esa fecha en mi cuenta
le presagié igual destino
¡al ver en cualquier camino
blanquiando alguna osamenta!".

-"No hay nada que hablar paisano;
el flete, sin discusión, 
está a su disposición 
y ansina vuelve a su mano".
-"Es que al ver tan lindo al ruano
hasta un sueño me parece, 
y como en mi alma florece
la dicha que aquí acorralo
tengaló...  ¡se lo regalo!
porque usté se lo merece".

lunes, 27 de agosto de 2018

Pa mi emprendao - Pedro Risso




En una "seca" tremenda
cayó a la aguada un bagual, 
como pidiendo un bozal, 
cabresto, bocao y rienda.
Era más bien una ofrenda
despertando mis antojos; 
clinudo, tapao de abrojos, 
asustao de cualquier cosa, 
con una estampa asombrosa
y un desconfiar en sus ojos.

Era un oscuro tapao
que merece ponderarlo, 
y ahí nomás al contemplarlo
ya me sentí enamorao.
Recordando a mi "emprendao"
me venció la tentación, 
y a pesar del apurón
en disparar de la aguada
vino a quedar en la armada
por arisco y cimarrón.

Cuando le puse los cueros
una mañana en el puesto, 
campo afuera, echando el resto, 
hicimos gritar los teros.
Pasé unos trances muy fieros
pues me tuvo a maltraer; 
la vincha me hizo perder
beyaquiando el vivaracho, 
¡pero cuando uno es muchacho
el peligro es un placer!

Hoy tay cuidado y mimoso
su pelo es un solo brillo
y únicamente lo ensillo
con mi emprendao relumbroso.
Desconfiao, ágil, fogoso, 
coscojero y juguetón, 
y entre tanta admiración
en él, luciendo mis prendas, 
no le envideo las haciendas
ni el capital del patrón.



lunes, 26 de febrero de 2018

BOTA DE POTRO




Rodrigo Roberto Soria Ph

Botas sobadas a mano
con la paciencia de un viejo
de un animal azulejo
que fue un pingo soberano.
En un tiempo muy lejano
también las supe calzar,
y aunque las dejé de usar
de vista nunca las pierdo,
porque me traen un recuerdo
de aquel pingaso ejemplar.

No olvido esas ocasiones
que al ceñir las ligas pampas
con sus camperas estampas
me apretaban los garrones.
Y al lucir en mis talones
unas espuelas sin brillo
con nudo fuerte y sencillo
las alzaprimas guapeaban,
y a mis botas las maneaban
del empeine y del tobillo.

La derecha, un buen rayón
ligó en el trabajo rudo,
que un toro bayo guampudo
le obsequió de refilón.
Suerte que en esa ocasión
pude cuerpiar la embestida; 
y en forma más conocida
en la izquierda está presente
la marca, clara y patente,
que el bagual luciera en vida.

Ahura, cuando alguna vez
con cuidao las manoseo
son pa mí como un trofeo
de modestia y sencillez.
Por ser gauchas sin doblés
solía usarlas muy altivo,
y hasta encontraba un motivo
pa olvidar ciertas derrotas
al sentir contra mis botas
las caricias del estribo.


jueves, 30 de noviembre de 2017

CON EL LENGUAJE DEL MATE



Me largué pa' saludarla, a ñá Florinda Raquel. 
Una viejaza tan fiel que bien merece nombrarla. 
A más, vale ponderarla y no a modo de remate,
 antes que yo me desate a hacerle un buen homenaje; 
a quien me enseñó el lenguaje con el idioma del mate.

 Dijo que es cosa genuina que el llamado "cimarrón" 
tanto lució en el fogón, como lució en la cocina; 
y que la china argentina lo tuvo pa'su combate
 y ansí esta expresión le late con divino resplandor
 y habló en secreto de amor ayudada por el mate.

 Cualquier moza irá diciendo con un mate muy caliente... 
de que segura presiente que ya se está derrientiendo. 
Cualquier gauchito sonriendo a esta costumbre se ata.
Mate muy dulce desata a una prienda decidida, 
diciéndole que "enseguida tenés que hablar con el tata"!



. Mate dulce es amistád y con leche estimación, 
con café se da un perdón con toda sinceridad.
 Cuando hay cordialidád es con azucar quemada, 
espumoso que es su amada y con naranja el lenguaje
 dice que "tome coraje y se la lleve robada". 



 Amargo es indiferencia o quitate la ilusión, 
llegás tarde a mi rincón, molestás con tu presencia. 
Ansí poniendo su cencia obraba con desagrado,
 al dar un mate lavado la moza quería decir:
 que se va a tener que ir a tomar mate a otro lado.

lunes, 23 de octubre de 2017

EL PONCHO LOBUNO



I
Entre las prendas que quiero
tengo este poncho lobuno, 
modesto como ninguno
pero cuidao con esmero.
Como es un buen compañero
contra el frío endemoniao
va en mis espaldas doblao, 
y en días templados y secos
haciendo flamear los flecos
va acariciando al recao.
II
Hoy les quisiera decir
que allá, por mis buenos años, 
viviendo sin desengaños
lo tuve pa presumir.
Con él me sabía lucir
en fiestas de lo mejor, 
y hasta con agua de olor
lo he perfumao con respeto
porque me guarda un secreto
de aventuras de un amor.
III
Lo anduve conmigo en viaje
infinidá de ocasiones, 
y él, de los teros gritones
recibió un cordial mensaje.
Me ha visto cambiar pelaje
cuando tordillo quedé, 
y vió achicada mi fe
pues sin poderlo impedir
la juventú, sin sentir, 
ganó el campo y se me fue.
IV
Yo había ganao con mi ruano...
y justamente ese día
en la cancha los vendía
un morocho provinciano.
Un poncho a listas, liviano, 
tenía entre algunos más gruesos, 
pero de entre todos esos
en cuanto el ojo le eché
con el lobuno me alcé
por ciento catorce pesos.
V
Cuando recuerdo y lo miro
-cual si estuviera en acecho-
desde el fondo de mi pecho
siento brotar un suspiro.
Y si en un rimao me inspiro
con un bordoniar ligero,
le imito un trino al jilguero
porque me alcanza con uno
pa que mi poncho lobuno
sepa cuánto yo lo quiero.

sábado, 1 de octubre de 2016

A UN PINGAZO



1
Aunque nunca me ha gustao
el ponderar lo que es mío
hoy en la rienda porfío
y agarro pa el otro lao.
Es que en mi mente estaquiao
pa mi flete hay un halago, 
y sin que tome ni un trago
con sólo el pensar me alegro
que tengo un overo negro
como no hay otro en el pago.
2
Parece que hiciera alarde
sabiendo que se destaca
cuando a mi rancho se atraca
a la cáida de la tarde.
Mi pasión parece que arde
viendo en su pelo rareza, 
manchao con delicadeza
y según pienso y entiendo
cada mancha es un "remiendo"
que trae por naturaleza.
3
Es aguerrido en su andar
pa cualquier rumbo que lleve, 
poniendo así de relieve
su guapeza al galopiar.
Yo lo he sabido probar 
sus condiciones tan buenas, 
y en las noches más serenas
lo asusta el más leve ruido, 
como al hombre que anda "juido"
o al que arrea vacas ajenas.
4
Si salgo al campo a boliar
-a escondidas del patrón-
me conoce la intención
y ya se dentra a enojar.
Fue el correr y desplumar
mi diversión soberana, 
y es mi costumbre paisana
probar el pulso y el ojo
para cumplirme el antojo
de comer una "picana".
5
Cualquier paisano tropero
diez lueguas a la redonda
es fácil que les responda
si preguntan por mi overo.
Pingo de un hombre puestero
más pobretón que las ratas, 
y en otras horas ingratas
que en mi vida se han cruzao
de algunos pesos me he armao
jugando al fiao a sus patas.
6
Es al primero que enfreno
en cualquier caso de apuro, 
y ande quiera me misturo
sin respetar al más bueno.
Sé que solo me condeno
así al ponderarlo mucho, 
pero hay una voz que escucho
y es Martín Fierro el que grita:
"¡Siempre el gaucho necesita
un pingo pa fiarle un pucho!"



viernes, 22 de julio de 2016

RECORDANDO MIS PICAZOS

Foto Celina Frers



1
Hará veinte años escasos
-cuando el trabajo abundaba-
en la güeya me floriaba
con mis catorce picazos.
Fletes prontos como hondazos
pero enseñaos con aplomo, 
y tan sanitos del lomo
que no parecían de un pión, 
sinó pingos de un patrón
o el lujo de un mayordomo.
2
Los catorce muy parejos
desde el hocico a la cola, 
y a más, de una marca sola, 
pa distinguirlos de lejos.
Y aunque estoy como los viejos
que están pidiendo una cruz, 
mis picazos se hacen luz
y hasta la marca me tráin, 
que es la de Oscar Zabalain
-hacendao de Chascomús-.
3
Con ellos bandié el Salao
en ciento y una ocasión, 
y bandié el Samborombón
estando muy desbordao.
Cada pingo era un soldao
trás la madrina lobuna, 
y no tengan duda alguna
que sin poner un testigo
en los años que les digo
fueron mi única fortuna.
4
Porque se me hizo muy feo
tenerlos en una "seca"
mi recuerdo se desfleca
al compás de un escarceo.
De agradecido, me arqueo, 
como una vieja cumbrera, 
y en "El Candil", de los Vega, 
(que quiero acá mencionarlos)
tenía permiso pa echarlos
en el cuadro que eligiera.
5
Nunca me dió en preguntar
aunque tuviera confianza, 
si era arisca o si era mansa
la trapa que hubo que arrear.
Cuando había que trabajar
con cualquiera me lucía, 
y como en ellos tenía 
la guapeza hacha arrogancia
no averigüé la distancia
cuando en un viaje salía.
6
Cuando no cabían cautelas
y trabajé en forma intensa
jamás les hice la ofensa
de arrimarles las espuelas.
Las lechuzas centinelas
muchas noches me chistaron, 
y entre fríos que asustaron, 
temporales o solazos, 
mi lobuna y mis picazos
ni por broma me aflojaron.
7
Una vez, a un malacara
me lo patió un pico blanco, 
y el pobre quedó tan manco
que temía no llegara.
Allá en el puesto de Lara
se lo dejé embozalao, 
y el bagual amadrinao
cortó el atador, y agatas, 
al galopito, en tres patas, 
me alcanzó desesperao.
8
Pa mi fué el gusto mayor
a favor, o contra el viento, 
verlos con el oído atento
al cencerro sonador.
Yo en el altar del valor
por mis picazos me inclino, 
y pienso que en el camino
o pisando la gramilla
un paisano con tropilla
¡parece más argentino!!!!!

miércoles, 22 de junio de 2016

Se lo encargo Cuñaito

Agregar leyenda


Cuñao...
Cuñao le encargó el Lobuno 
que anteanoche se me fué, 
y por más que lo campié
no le hallé rastro ninguno.
Y así como cada uno
a su antojo se desata, 
a mí el renegar me achata
porque hasta pobre y caído
por el lobuno perdido
desprecié un montón de plata.

Yo digo que se me fué...
pero en el rastro observao
noté que salió montao
uno que dentró de a pié.
Por el suelo me orienté
sin que una duda me pese, 
y como pa que la viese
hallé juntito a una mata
una moneda de plata 
que a un tirador pertenece.

Ya iba el sol alto tranquiando
cuando la falta albertí, 
y al punto ensillé y salí
en un tostao galopeando.
Diba seguro rumbiando
siguiéndole las pisadas, 
y aunque estaban bien marcadas
al enfrentar "Los Cerrillos"
una tropa de novillos
dejó las huellas borradas.

El dato le facilito
de que está recién tuzao, 
y si no se lo han voltiao
lleva un penacho finito.
La marca, un '8' clarito, 
-que es la de Ubaldo Molina-
y otra seña que combina
pa que la tenga presente
es una estrella en la frente
como un güevo de gallina.

Es del cuerpo del picazo
que el domó el tartamudo, 
y tiene blanca hasta el nudo
la mano del lao del lazo.
Y si de un solo arañazo
me hicieron temblar la cresta, 
si Dios la suerte me presta
que me haga con él juntarme
ni aunque tenga que empeñarme, 

¡le juro que hago una fiesta!




martes, 30 de junio de 2015

UN PINGAZO, EL OVERO NEGRO



Aunque nunca me ha gustao
el ponderar lo que es mío
hoy en la rienda porfío
y agarro pa el otro lao.
Es que en mi mente estaquiao
pa mi flete hay un halago,
y sin que tome ni un trago
con sólo el pensar me alegro
que tengo un overo negro
como no hay otro en el pago.

Parece que hiciera alarde
sabiendo que se destaca
cuando a mi rancho se atraca
a la cáida de la tarde.
Mi pasión parece que arde
viendo en su pelo rareza,
manchao con delicadeza
y según pienso y entiendo
cada mancha es un "remiendo"
que trae por naturaleza.

Es aguerrido en su andar
pa cualquier rumbo que lleve,
poniendo así de relieve
su guapeza al galopiar.
Yo lo he sabido probar
sus condiciones tan buenas,
y en las noches más serenas
lo asusta el más leve ruido,
como al hombre que anda "juido"
o al que arrea vacas ajenas.

Si salgo al campo a boliar
-a escondidas del patrón-
me conoce la intención
y ya se dentra a enojar.
Fue el correr y desplumar
mi diversión soberana,
y es mi costumbre paisana
probar el pulso y el ojo
para cumplirme el antojo
de comer una "picana".

Cualquier paisano tropero
diez lueguas a la redonda
es fácil que les responda
si preguntan por mi overo.
Pingo de un hombre puestero
más pobretón que las ratas,
y en otras horas ingratas
que en mi vida se han cruzao
de algunos pesos me he armao
jugando al fiao a sus patas.

Es al primero que enfreno
en cualquier caso de apuro,
y ande quiera me misturo
sin respetar al más bueno.
Sé que solo me condeno
así al ponderarlo mucho,
pero hay una voz que escucho
y es Martín Fierro el que grita:
"¡Siempre el gaucho necesita
un pingo pa fiarle un pucho!".

jueves, 18 de junio de 2015

ENTRE AMIGOS

Nazareno Icardi y Jorge Raul Ariztegui


















  
"Mirá Hermano, vengo a verte
pa' pedirte una gauchada
porque me ha dejao sin nada
mi tremenda mala suerte.
Enfermo, casi a la muerte 
estuve al salir de preso; 
y ahora al pasar todo eso
como templando el coraje, 
voy a salir en un viaje
pa  'ver si gano algún peso".

-"Que de preso habías salido
me anoticié no hace mucho, 
y ahorita recién escucho
lo enfermo que habías caído.
Pero largate tendido
dejando a un lado la tristeza, 
y hablá nomás con franqueza
que lo mío es de los dos,
porque pa'mí juiste vos
sin revés y de una pieza".

- "Pa'  empezar a trabajar,
como mal montao me hallo; 
si te sobra algún caballo
te lo quisiera comprar.
La verdad, pa'  negociar
no tengo ni un pingo viejo, 
pero de a pié no te dejo, 
podés tener por seguro... 
Si me sacás de este apuro
voy a resollar más parejo!".

-"Allí en mi tropilla hay diez: 
nueve Zainos y un Tostao; 
mientras yo ensarto este asao, 
andá y elegite tres"... 
       "Pero Hermano, vos sabés,
que yo me arreglo con uno, 
a más tengo este lobuno, 
emprestado por otro amigo"...
- ¡"Llevá tres como te digo
o no te llevás ninguno!".

-"Es orden muy espinosa
pa' colmo de tantos males,
sacarte tres animales,
de tu tropilla lujosa".
-"Sin decir ninguna cosa
cabresteame del mandao
y a más un poncho encerao
vas a llevar por si acaso; 
y en pilchas si andás escaso
prontito te armo un recao".

-"Sos cadena de eslabones, 
pareja y sin una falla;
y un amigo de tu laya
no se encuentra a dos tirones"...
-"Dejate de esas cuestiones, 
no me hagás llover el techo
y ahura pa'mejor provecho, 
ya que la suerte te trajo; 
¡vamos a pegar un tajo
que ya el Asao está echo!