¡Señor de Los Andes
¡señor de la Patria !
allá en el macizo
tenés otra estatua.
En hierro y en piedra
¡en nieve , muy blanca !
tallada en la mole
del mismo, Aconcagua.
Señor de los corvos
titán de los libres
genial estratega
¡rutero sublime !
Aquí el continente
te fué muy pequeño
cundiendo en el mundo
¡tu nombre y tu genio!
La selva Argentina
la pampa y la sierra
en patrias fusiones
se hicieron esencia;
y todo lo criollo
en alma y en estro;
entró a tu alma
¡diciendo; eres nuestro!
La fuerza potente
del mismo pampero
te dijo: "a caballo!
feliz mensajero"
Y, en un overito
trepado en los cerros
a punta de sable,
grabaste en el cielo:
"Por estos dominios
de Dios y los astros
pasó la Argentina
con ritmo de cascos;
Diciéndole a América
"levantate y anda"
que eres un ente
con sangre y con alma".
Señor de la Patria
señor de los bronces
señor del Renuncio
magnifico prócer:
Si admira tu genio
tu nervio y tu tino:
admira y asombra
¡tu santo idealismo!
Que importa el ultraje
y el cruel ostracismo;
si solo a los grandes
les cabe ese signo.
Que importa todo eso
¡Señor de los Andes!
si al santo no alcanzan
¡ni ruines ni infames!
Que importan calumnias
insidias y olvido;
de aquellos que hicieras
tan libres...¡y dignos!
Qué importa, si hoy tienes
tu bronce más lindo
en medio del pecho
¡de cada ARGENTINO!
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