Imagen F. Molina Campos |
25 de Diciembre me encuentro solo
en la casa que triste la Navidad
solamente un arbolito en un rincón parpadea
con su prender y apagar.
Hay dos platos en la mesa esperando que regrese
la que nunca va a llegar,
la que se marchó una tarde dejando un adiós escrito
y que no volvio jamas.
Hay dos copas esperando un brindis que tanto añoro
pero no hay con quien brindar,
estan marchitas la flores y tan oscura la casa
que triste la navidad.
Quiero elevar una copa con una plegaria al cielo
por aquellos que no estan,
brindo por los mas humildes y que todo niño tenga
sobre la mesa su pan.
Salgo a mirar a la puerta esperando una silueta
que nunca e de divisar,
la risa de mis vecinos que con toda su alegria
no me pueden contagiar.
El silencio de la noche me invade el cuerpo y el alma
me enferman de soledad,
un ramo de rosas blancas tendidas sobre la mesa
ya marchitas de esperar.
Hay dos copas esperando un brindis que tanto añoro
pero no hay con quien brindar,
estan marchitas la flores y tan oscura la casa
que triste la navidad.
Quiero elevar una copa con una plegaria al cielo
por aquellos que no estan,
brindo por los mas humildes y que todo niño tenga
sobre la mesa su pan.
Y que todo niño tenga sobre la mesa su pan
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