Imagen: Víctor Cristino Larrosa (primero de la izquierda), en el Bar del
“Nono” Lucas en Vergara, año 1979
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…..”Víctor Cristino Larrosa/ de esta vida es lo que queda
/ el nombre, que es como un símbolo,/ una roja herida abierta./
Víctor Cristino Larrosa/ es un mártir de esta tierra/
más mártir que el Nazareno/ de la lejana Leyenda……”
Víctor Cristino Larrosa/ es hijo de mujer negra /
y su piel es del color/ oscuro como la tierra/
siendo su madre la piona/ anduvo como una jerga/
aplastó entre los galpones/ el fardo de su cansera/
tiritó en las noches largas/ con la perrada pulguienta/
que lamían fraternales/ las interminables grietas/
de sus pies acribillados/ por la escarcha cuchillera”
…….Víctor Cristino Larrosa/ tan solo once años cuenta/
y llena sus grandes ojos/ el agua de su tristeza”…..
” Ay, el pioncito de Leoncho/ negros peligros le acechan……
”Y al patrón se le ha ocurrido/ hacer distinta la fiesta/
marcando una res humana/ que eso sí, sería una yerra”….
”Ay! que nueve hombres fornidos/ tu pequeño cuerpo aprietan/
y que una marca candente/ se hunde en tu espalda morena”….
”Ay! que aun sigue tu martirio/ que allá en la vieja manguera/
te van a atar sobre un potro/ de una salvaje imponencia/
y reatarán tu pequeño/ sexo que está en florescencia. /
Ay! que castraron tu vida/ Ay! que cegaron tu estrella”..
…..Fragmento del romance “Yerra Humana”,
escrito por el payador uruguayo Carlos Molina Coitiño,
(“El Gaucho Viajero” o “El Bardo del Tacuarí”)
oriundo de la ciudad de Melo, Departamento de Cerro Largo.-
Este moreno que aparece en la foto, fue uno de los tantos personajes
que caminó su decencia y su pobreza, sobre las calles de tierra de Vergara.
Bueno y querido por todo el mundo. A veces se le nublaban los pensamientos
y la vista producto del alcohol…Pero nada más.
No se metía con nadie y hasta se sentaba en un rincón,
para tratar de pasar desapercibido….
Los de mi generación le llamábamos “El Negro Cristino”
o “El Tío Cristino” (por su característica de decirle “Tío”
a todo el mundo). Y él nos correspondía, acompañándonos
hasta la puerta del Liceo, diciéndonos bromas, conversando
cosas banales del pueblo o estirando su profusa “jeta”
para hacernos reír…
Sin embargo, sobre su lomo pesó durante toda la vida el estigma
doliente de la “Yerra Humana”, que Carlos Molina,
gran conocedor del tema, sin temor y en tono desafiante
(como era su forma de ser), fue el único que se animó
a denunciar esta terrible tragedia humana.
Incluso la hizo aparecer en una revista “Al Rojo Vivo”
que se editaba en Uruguay, durante la década de 1960.-
Más allá de que la historia se pierde en el silencio,
de los muchos que se llevaron el secreto a la tumba.
De que no hubo conocimiento ni intervención policial ni judicial
y de que el mismo Cristino, siempre se mostró
renuente a contar lo que le había pasado….
Lo poquito que se conoce es de acuerdo a los “díceres”
de la época. Y lógicamente, los nombres trataron de “preservarse”
y la historia una y otra vez se entrecruza,
al extremo de que muchos han dicho que hasta mentira fue….
En los inicios de 1940, en una yerra que se llevó a cabo
en un plantío de eucaliptos, cercana a una estancia del Leoncho
(Novena Sección de Treinta y Tres) hacendados,
“comedidos” y supuestamente, un médico, que se encontraban presentes,
no encontraron mejor diversión que “castrar”
y “marcar” a este negrito, que tenía once años de edad.
Y que preparados por si moría en la detestable acción,
habían cavado un pozo para enterrarlo….
Y fue Francisco Cardozo (hermano de Gil y de Laureano),
conjuntamente con un viejo Guerrero de apellido,
que eran contrabandistas con cargueros,
quienes arribaron providencialmente a la estancia a “pedir carne”,
en momentos que procedían a “jugar al blanco” con Cristino,
luego de la detestable y cobarde “judiería” propinada.
Y el mismo “Pancho” Cardozo, al tomar conocimiento de lo ocurrido,
desenfundó el revólver y desparramó
a los tiros y a los gritos a los asistentes a la yerra….
Pero todo se tapó con dinero…. Ésa y no otra, es la pura verdad.-
Y al parecer mientras Cristino era recluido en otra estancia
distante para que se mejorara de las heridas inflingidas,
se dice que a su señora madre, le compraron casa,
le dieron terrenos en Treinta y Tres y en Vergara
y dinero en efectivo para que también callara lo que sabía….
……”pero es que Pancho Cardozo/ es hombre de sangre entera/
y salva su niño mártir/ que hoy anda solo en la tierra/
como un clamor de justicia/ como una viva protesta/
frente a la cobardía humana/ que paraliza su lengua/
pues las leyes no castigan/ a la canalla opulenta”….
En el año 1975, Carlos Molina llegó a Vergara y
estuvo parando en casa del “Nono” Lucas (con quien eran grandes amigos),
durante un par de días.-
Actuó en el viejo cine DAZER, adonde pidió que llevaran a Cristino
y recuerdo que al recitar “Yerra Humana”
entre la condena directa y tajante al hecho,
dijo entre otras cosas: “Varios platudos me han tirado anónimos
por debajo de la puerta de mi casa en el Cerrito de la Victoria,
amenazándome con la muerte para hacerme callar….
Pero no lo lograron….Ni lo lograrán jamás “……
Es de acotar que también Molina comentó en ese acto,
que años atrás había buscado el concurso
de un Fiscal amigo para darle trámite al asunto
y que se hiciera justicia con el acto cometido y que aquel le contestó:
“Amigo, han pasado varios años. No se actuó en tiempo
y forma. Lamentablemente, nada puedo hacer ante
una causa que ya está prescripta”.-
Texto: Jorge Muniz.-
Vergara, 22 de noviembre del 2016.-
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