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martes, 30 de octubre de 2018

YO VI LLORAR A UN GIGANTE



Yo vi llorar a un gigante, 
nacido en la tierra mía,
 y aquí cantarle quería 
porque es un hombre de aguante,
en la zurda tiene un guante 
el  gran Diego Maradona. 
Al rival, no lo perdona 
con los dedos fracturados,
con el tobillo  inflamado
 juega igual si se lesiona.

Patadas, hasta en el cuello, 
no hay un ser que lo soporte, 
han arruinado el deporte así 
como pegan ellos y  
Diego que es lo mas bello 
se recupera en la cama.  
Es que un país lo reclama  
que haga un gesto  sobrehumano  
aunque algunos italianos 
 lo acusen que busca fama. 

A Rusia, ya le ganamos,
 perder es un disparate.
Con Rumanía un empate 
y allí nos clasificamos.
 Lo que siempre recordamos
 y que fue tan valedero, 
fue tu esfuerzo Diego fue tu esmero 
pa apilar cuatro rivales 
y en los minutos finales
 borramos a los brasileros, 

Yugoslavia en el camino 
y la pasamos muy mal.
 Cuando marraste el penal, 
se cayo el pueblo argentino, 
nose si por el destino
 o porque sos el mejor, 
recibiste un favor 
o Dios te largo la idea, 
creo al Vasco Goicochea
 con manos de salvador.
 y vienen los italianos y ahí nose 

como lo explico, los del norte son los ricos 

los pobres, napolitanos, están que exlotan los tanos se parece un 

carnaval, vos convertiste el penal que se metió 

despacito, se atajo dos el vasquito y otra vez a la final. 

Formo Alemania potente, formo el equipo Argentino y allí, nos silban el 

himno y te quedaste impotente, pero aquí 

estaba tu gente, por eso me estremecí mas aun, me conmoví por tu rostro 

desolado con un penal inventado nos traiciono el referí, 

si viviera San Martin pa cruzar las cordillera te daría una bandera 

porque sos el paladín, llora Dieguito hasta el fin que el pueblo llora con 

vos y por lo grande que sos hay un país que se aferra ya que naciste en 

mi tierra, le damos gracias a Dios.

miércoles, 3 de octubre de 2018

El Manso - Carlos Ramón Fernández


Pintura Rodolfo Ramos
Cierta vez en aquel lugar, allá en la Estancia el Remanso,
llegó un hombre forastero, dicen que venia domando,
Zaino "cogote de cisne"era el que venia montando,
con dos Tordillos de tiro, bonitos y de penacho,
Un Tal Eustaquio Contreras Era el hombre del relato
y Anselmo que era encargado ahi nomás le dió trabajo.
blanqueo el rancho hizo corrales
supo entablar unos Bayos, la madrina Overa Negra
con raros dibujos blancos que al aparearse al Oscuro
un paisaje iba dejando como un reflejo de luna 
de noche sobre algún charco.

Asi fue pasando el tiempo ya hacia mas de 10 años
que estaba en aquel lugar y se habían aquerenciao
se llegaba los Domingos hasta el boliche del pago
en busca de vicio y víveres galleta yerba y tabaco
y tal vez por ser tranquilo lo habían apodao "El Manso"

De barba negra tupida, y claros rasgos indianos

descendencia de su madre según el había contao
y algun furioso del pueblo, comenta que había observao
debajo de aquella barba un venteveo machazo
como si fuera una historia oculta de su pasao.

Y un Domingo de carreras cuando hizo correr un Bayo,
se le complico la vida culpa de ganar cortao,
los engreídos que perdieron, entraron a provocarlo
fue corta la discusión no dio tiempo ni apartarlo
desenvaino una Picaza, y termino con dos planazos

Y fue la cruz de Contreras porque el mismo comisario
se presentó en la tranquera del rancho, :"No me ofrezca resistencia
Contreras vengo a buscarlo". "El Manso" no se entregó
y regresó el comisario, revolcao lleno de pasto
como cachorro jugando.

Mas tarde fue una partida la que ha salido a buscarlo
pero fue demasiado tarde, solo rastros encontraron
de un montao y de la madrina y por atras once bayos
y cuando llego la noche creian haberlo alcanzao
al escuchar un tropel al viejo Rio Salado
 
Pero al llegar a la orilla del rio que venia bramando
la luna le reflejo casi ya del otro lado
trece cabezas en fila uno de ellos iba ensillao
allí empezaron los chumbos aunque no veían al "Manso"
que iba agarrao de la cola escondido atrás de un Bayo.

Y cuando gano la orilla se hoyo un retumbar de casco
rumbo a San Miguel del Monte comentan que habia marchao
y se llevaba la historia oculta de su pasao y quedaba un  puesto solo
alla en la Estancia "El Remanso" y un palenque con las huellas 
de muchos dias de trabajo.

Al tiempo llegó un puestero, que venia a reemplazarlo
y al revisar que en las piezas hallo una hoja de diario
con la foto de Contrera por homicidio buscado
en Carmen de Patagones, y siguió leyendo abajo
"Contreras alias EL TIGRE" y aquí lo apodaban el Manso":





lunes, 1 de octubre de 2018

EN UN OSCURO - SAUL HUENCHUL

Era un oscuro delgao sin ninguna mancha blanca, bonito de encuentro y anca y de cruces levantaos; naide lo había manoseao desde el día en que dío un tirón, quedó el oscuro capón como quedan tantos otros para pasar a ser potro y más tarde redomón. Miguel fue que, 'dicidido', quien sin mucho cacareo en el primer revoleo le desparramó el torcido, pegó el oscuro un ronquido y como quien ha rodao, quedó en el suelo estirao pero con las manos juntas de ahi sin darle más punta lo sacamo'embozalao. La clinera rebolcada y el flequillo con abrojo le tapaba los dos ojo' como una venda colgada; ida y triste la mirada sin dejarse doblegar no nos dejaba arrimar, a lo puma atropellaba y oliendo el suelo roncaba como un toro pa pelear. Después cuando de un picazo mi compañero lo ató y de arriba lo orejeó pa salvar los manotazos, yo entre echarle los pedazos de mi cuerambre gastao y al apretarle el bocao como la cincha de un viaje se quedó tiezo el salvaje pero con el lomo arqueao. Al cuero no se lo puse porque andaba ejercitao y en cuanto estuvo cinchao de arriba le miré el tuce y agigantando las luces que Dios nos da sin fronteras ni bien dende la esidera lo largamo'al sabandija, lo envolví por las berijas con todita la sotera. Pegó un salto y un quejido y al tocarlo por el pico, lo mesmo que a gurís chico me entró a cimbrar afligido, yo andaba medio ingreído como jabalí grandote; primero me echó al cogote, después me corrió pa'trás, y desde ahi no pude más ni por Dios darle otro azote. Y así después de un montón corcovos alto' y colgao', buscó el campo el disgraciao gritando como un pichón; cada salto un sacudón bien en el aire me hacía y cuando con valentía, Miguel le cruzó el picazo, si me dolían los brazos mas un garrón me dolía. Después ya más tironeao y sobre las huellas crudas me acostumbré por las dudas a galopearlo trampeao y aunque al sentirse taqueao tuvimos otros desencuentros, ¡pronto daba vuelta adentro para montarlo apurao y salía con el bocao tocándose los encuentros. Lo hice de "en pelo" también, y lo estrené en cien terrenos como para no ser menos que el oscuro de Pincén, y la vez de que un tal Klen me lo salió a negociar, creyendo que lo iba a andar se lo negocié nomás por un zaino que jamás, pude otro mejor montar. Claro que no era el oscuro de montarlo a rienda suelta y aunque adentro daba vuelta, no era pa lerdos seguro, y el día que sin apuro lo entregué por lo ya hablao, era entuavía de bocao y hasta he pensao sin doblez que es muy capaz que se fue sin ser caballo enfrenao.