Guitarra; te amo . . . te quiero,
porque de edad en edad
le diste a mi soledad
tu alivio sano y sincero.
Porque oficiando de alero
del rancho de mi existencia
ofreces tu resistencia
a la lluvia de las penas
y atenúas y serenas
al viento de la inclemencia.
Porque tu voz conmovida
cuando me ve aletargado
me gruta tras tu encordado;
"volvé de nuevo a la vida".
Porque gentil, decidida,
siempre estuviste dispuesta
a transformarte en orquesta
para las notas que mi alma,
produjo en horas de calma
de agotamiento o de fiesta.
Te quiero por ser la caja
de resonantes recuerdos,
donde las contras y acuerdos
andan en suba y en baja
Porque en la dulce mortaja
de tus encajes sonoros;
de tus encajes sonoros;
duermen los finos tesoros
de la existencia vivida
que no por ser dolorida
no tuvo luz en sus poros.
Te quiero por ser la valla
entre lo bueno y el mal
porque te alzaste triunfal
después de toda batalla.
Y porque limpia y sin falla
colaborás en mi brega
cuando mi mente se entrega
a revivir en payadas
las enjudiosas jornadas
del inmortal Santos Vega.
Muy buenos versos
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