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jueves, 23 de enero de 2020

"La Yerra de los Overos"



Con un tono muy campero, representando a la tierra
se lleva a cabo la yerra de la Estancia los Overos
mas de doscientos terneros dan vuelta en el corral
como ya es habitual el patrón es camperazo
haciendole honor al lazo hay que hacerla a todo pial.


Como no hay lugar a errores pa´ tremenda ternerada 
eligen pa´la pialada los mejores tiradores 
son todos buenos valores que están en cualquier teñida 
y lazos como comida para el mejor cometido 
y entre trenzados y torcidos las más diversas medidas.

Vino Luque de Lavalle conocido pialador 
y dicen que es volteador como rodada en la calle
 es muy difícil que falle en toda yerra campal 
muy ventajero en el pial con una armada chiquita 
se los tumbaba ahí cerquita ni bien salian del corral.

 Bonavita en la pialada está lo mejor del ciclo 

y vino en un cuatriciclo con la señora enancada
 sacó ventaja de entrada porque con mucha altivez
se fue alla lejos a pie  casi al final de La brecha 

y el pialaba de derecha y la mujer de revés.

Se vinieron de dolores Germán Mime con el padre

 y cuentan de que la madre se mezclan con los mejores
 padre e hijo Qué valores para cualquier entrevero
 y él Turco viejo campero a pesar de andar rengueando
 para correr reboleando hay que sacarse el sombrero.

  Llegaron Con mucho frío Berecirtud y Montenegro
 y al y al mencionarlos Me alegro por ser muy amigo míos
 era grande el desafío pero buscaron la orilla
 y usan de forma sencilla un solo lazo la criolla 
1 del lado de la argolla y el otro con la presilla.

 Salió un Polanco grandote y Musse le hace barullo 
pero patinó en lo yuyo y lo agarró del cogote 

salió tirando cascote el Negro entre la cicuta
 y por más que lo discutan mal dijo mal su derrota
 y fue arando con las botas hasta cerca de la ruta.

 Carmelino bien montado desde santa Teresita 
en una cena chiquita vino también invitado 
muy hábil con el trenzado se luce en forma campera
 con el lazo en la asidera viera el gordo con aplom
o pialando por sobre el lomo como si nada ocurriera.

 Rulo Monje a La pialada llevo un torcido chileno
 y dice que más o menos tenía 22 brarazadas
 había que verle la armada cuánta potencia en el brazo 
y gritando a campo raso con buenas botas de potro 
por sobre todo los otros pialadba con todo el lazo.

 Llegó Pecho por la calle porque y todo el mundo se alegra 
porque trajo torta negra un símbolo de Lavalle 
fíjese usted Qué detalle dijo más de uno a la risa
 y gritó pecho con prisa quién quiere picarse integra
 con las mismas tortas negras y huevos a la ceniza.

 Vino Felipe Leverá renombrado nadador
 con marca y señalador mostró su fibra campera
 era el fogón un hoguera con los talas encendido
 iba y venia exigido pero con un triste al ademán 
le marcó el cuarto a Roldán que andaba de comedido.

 Lo pusieron a capar a mi amigo Charamelo 
y bicho que se iba al suelo lo salí a apretar
 muy hábil para cortar conocedor del asunto
  era veloz a tal punto que el hombre de Madariaga
 capaba con una daga hasta dos terneros juntos.

Islas y Aldaz  conocidos llegaron a la pialada 
y entre tanta paisanada le entraron al torcido
ahi  anduvieron prendido pero la intención de estar 
era poder contratar pialadores afamados
 para el día del reservado y la fiesta del tala. 


Y cuando se ha terminado en el último repaso
 cada uno rosa lazo para golpearlo arrollado
 los 200 han pasado con un Valerio que aterra 
y cuando el sol en la tierra lentamente se fue de entrando
 se van todo comentando que linda tuvo la yerra.





lunes, 4 de diciembre de 2017

ARTE BRAVÍA

Foto Rosana Silvera


Un domingo colosal

Le pone marco campero
A la fiesta del ternero, 
Coronando su final.
La chacra es un festival
Por todas partes desborda
Del gran público que aborda, 
Que toavía los escucho.
Se topan en Ayacucho:
“el Temblor” y Diego Borda.

Filoso como una daga, 
Fuerte, ágil y capaz; 
Con marca de Cacho Aldaz
Y viene de Madariaga: 
“el Temblor” que no se apaga,
Pone en juego su destino…
Dios le puso en el camino
Por sus dotes de buen flete, 
Yo diría el mejor jinete
Que pisa el suelo Argentino.

Ya venían de enfrentarse
En algún otro escenario
Y jinete y adversario 
Saben lo que es respetarse.
Al momento de jugarse 
La más extraña baraja; 
El terreno blando ataja
Para afirmarse las patas
Y ahí el hombre de La Plata
Corre con cierta ventaja.

Siempre con postura altiva
De todo caballo malo, 
Entró a girar en el palo
Creando más expectativa.
Mientras tanto Borda estriba
Sin que el instinto le falle, 
Trastocando los detalles
Con elegancia y aplomo; 
Quedó sentado en el lomo
Como chimango en la calle.

Qué salida, ¡mama mía!
A pesar del campo malo, 
Que pareció que en el palo
Se acababa la porfía.
Lo llevaba, lo traía, 
Borda le cede, lo deja; 
El caballo lo empareja, 
Lo levanta del recao, 
Hasta que queda parao
Mirándole las orejas…

Casi todo el cuerpo ajuera
Con un saldo negativo, 
Y una vez más el estribo, 
Lo regresa a la encimera.
-“¡Qué jineteada campera!”, 
Gritaba alguno a mi lao, 
Yo también, entusiasmao, 
Con alguno que miraba; 
Porque más de uno contaba
Con que el hombre había ganao.

Pero nada está perdido, 
Mucho menos pa’l “Temblor” 
Que ha salido triunfador
En temas más discutidos.
Diego Borda decidido, 
Le da rienda con soltura,
Maneja bien la cintura
Y hombre y caballo a mi ver, 
Van a ganar o a perder
Sin más ley que la bravura.

-“¡A la pucha compañero!”
Qué galope desparejo, 
Le estaba gritando un viejo, 
Apretándose el sombrero.
Vuela el pasto del potrero
Desprendido sin piedad, 
Son 15 a decir verdad, 
Segundos de jineteada; 
Pa’l de abajo no son nada
Y arriba: una eternidad.

Diego sin darle chacota, 
Tal vez se confió un instante, 
Sin pensar que allí adelante
Iba a encontrar la derrota.
Toda su astucia ya rota
Le pone punto final, 
Una lucha colosal
Con ejemplo con altura, 
Y ese instante de largura
Le daba el triunfo al bagual.

Ganó nomás el caballo
Con una heroica guapeza,
Y el que entiende de destreza
Aquí no discute el fallo, 
Algunas razones hallo
Para hablar del tropillero, 
Que ató el caballo sin pelo
Con el barro que ayer’vía:
Hace falta mucha hombría, 
Y ser por demás campero.

Gracias Borda, no se asombre
Que su público presente, 
Lo tendrá como un valiente
Que salió a ganar su nombre.
Dignidad que tiene el hombre
En el lugar que se de, 
Olvídese del traspié
Vuelva al lomo de los fletes, 
Que nunca sobra el jinete
Que se juega como usted.

Borda y Aldaz, satisfechos, 
Ya se pueden dar la mano; 
Dos auténticos paisanos
Sin revés y sin derecho, 
Y pa’l “Temblor” por lo hecho
Que dejó el alma en la cancha, 
La tierra por ser muy ancha
Tendrá que hacerle un lugar, 
Si se vuelven a topar
Pa’ discutir la revancha.

viernes, 31 de marzo de 2017

LOS PAREJEROS QUEMADOS





Fue para un ocho de Enero, en el Paraje Lezama
cubierto de brasa y llamas, se queman dos parejeros,
Un Picazito liguero y una Yeguita Pintada,
la que estaba preparada para cubrir las apuestas,
y fue en hora de la siesta cuando el silencio reinaba.

A esa hora los mensuales descansan la mayoría
El fragor del mediodía de los trabajos rurales
Y los pobres animales sin mas testigos que Dios
En aquel momento atroz de irremediable final
Donde una trampa mortal los aguardaba a los dos.

A las dos del dia de Enero cuando el calor sofocaba
Aquel estud se incendiaba misteriosamente entero
Y Dominguez el canchero a tiempo se a despertao
Por milagro se a salvao de aquella temible hoguera
Y alcanzó a salir afuera para caer desmallao.

Al tiempo que el fuego abraza con inmensas llamaradas
Sale en forma insospechada su dueño Rail Barraza
Ve a Dominguez de su casa y tiende a ir en su encuentro
Frente a sus ojos el centro de un tétrico panorama
El estud cubierto en llama con los caballos adentro.

Mientras Raul y Escudero como dos niños lloraban
Al ver como se quemaban los dos pobres parejeros
Se eacucha en el entrevero a la mujer que ve aquello
Tomándose los cabellos corrió hasta la quemazón
Pidiendo entrar al galpón para quemarse con ellos.

Nada se supo aquel dia del desgraciado episodio
Nadie cree en tanto odio pa tremenda cobardía
Solo con gran valentía se atreve algun asombrao
Al ver un cuadro formao entre cenizas cubierto
De dos parejeros muertos completamente quemados.

Nadie puede imaginar tanta impotencia y dolor
De aquel hecho aterrador sin estar en el lugar
Mas de uno irá a aventurar alguna suposición
De hallarle o no la razón pero la raza del echo
Es el que lleva en el pecho el peso de una traición.

Aunque se apague la llama del lamentablemente suceso
No a de borrar el progreso todo el dolor de Lesama
Vivirá siempre la fama del Picaso y la Pintada
Cuando en aquella largada hicieron vibrar las playas
Ganando de raya a raya mas de una depositada.

Para la jerga burrera quedo un profundo dolor
Un amargo sin sabor que fácil no se supera
Y en la última carrera sin público aficionao
El destino había apostado mas de un boleto sin suerte
Al clásico que la muerte les ganaría cortao.

Fatídica fue la siesta de aquel día delirante
Que deja de interrogantes mil preguntas sin respuesta
El sol se perdió en la cuesta como un medallón dorao
Testigo que fue callao y en un silencio absoluto
Tiende la noche su luto.. ¡sobre los restos quemados!!

Letra: Los Parejeros Quemados -Abel Ivroud-


viernes, 16 de diciembre de 2016

ASES DEL CAMINO

Abel Ivroud canta al trabajador de la huella Al Camionero
"Al fiin de que pavimento, la huella el monte la sierra en que lugar de la tierra estará tu monumento... hombre camión en un cuento de un poeta delirante una promesa constante que en mi pecho se hace trino a los ases del camino anónimos del volante con el camión de vivienda se recorre el continente dispuesto a pelear de frente la mas difícil contienda va y viene en la misma senda con su caballo de acero peleando el sueño matrero que mas de una vez lo atrapa para poder poner la papa que le hace falta al puchero Hermanao a la extensión no le esquiva al sacrificio porque conoce el beneficio que le dio su vocacion" Y es leal mi ponderacion para este hombre sin fronteras y pa jugarse noo espera y aqui sin temor opino Quien aprende del camino es un señor donde quiera"... si en la ruta se ha quedao le indicara con prestancia el estado y la distancia y el lugar determinado muchos lo han utilizado sacando de el algun dato y otro detalle rescaato para que tenga el viajero donde para el camionero se coome bien y barato. Mas de una vez se cruzo el herrante vagabundo el sol lo ha hecho de ser mundo desidio pararte a vos el mate los presento camionero y pelegrino sin importarle los destinos enn el adios en la palma solo dios conoce el alma d e un herrante del camino. Añorando la chuleta con papa y huevo frito a veces se hace infinito el ginal de cada meta por mas que le haga gambeta va a redoblar el esfuerzo ysi yo lo digo en verso pa no achicar su coraje cuantas veces por un peaje paso de lago un almuerzo "..Con Mate y Radio encendida vio muchos amaneceres, como lo hacen esos seres que saben amar la vida, ese estado lo convida a disfrutar la natura aunque a veces sus posturas por el asiento se agencia al llevar como una herencia aquel dolor de cintura ahi le pinte este señor sin traje ceremonial el camin su credencial donde va juzgao su honor y al no restarle valor pa que nadie llo discuta cuando el destino lo enluta quede bien alto su nombre en homenaje a los hombres que quedaron en la ruta HAsta mas ver camionero pensador de mil jornadas me permiti esta bolada por ser como vos hombrero yo sere tu pregonero en defensa de tu hombria a de llegar ese dia que en la butaca derecha comparta con vos la brecha ahaciendote compaña.

sábado, 3 de septiembre de 2016

EL GATEADO DE MEDINA


Era un tal Lucio Medina
crillazo como el mejor
en un tiempo domador 
en la estancia "La Colina".
Criollazo de mucha estima, 
campero y muy apreciao,
supo tener un gateao
que era toda su alegría
y en yerras y pulperías
fue pingo muy codiciao.

Con el producto'e las domas
Medina compró un campito
y allá levantó un ranchito
en la falda de una loma.
Bastos, riendas y caronas
adornaban la cocina
después ovejas, gallinas, 
todo empezaba a crecer
por eso ¡quién iba a creer
que eso quedara en la ruina!

Al cerrarse la oración 
y mientras pitaba un chala, 
pa'l catre se refalaba
aunque no era dormilón.
La pava sobre el fogón
había quedao silenciosa, 
y una estrella brillosa
jugueteaba por los serros, 
sintió tañir el cencerro
en forma muy sospechosa.

De un salto estuvo parao
y se vistió de un tirón, 
después manotió el facón 
que estaba sobre el recao, 
qu'esa tarde había dejao
mientras cortaba unos cueros, 
y ya con el caronero, 
cauteloso pero alerta, 
se fue entreabriendo la puerta
pa'divisar al sendero.

Salió medio agachao, 
costeando una cina-cina, 
y ve un bulto que camina
con dirección al gateao.
Muy pronto estuvo enterao
de lo que iba a pasar, 
nada lo hacía dudar
se daba por advertido, 
que a su pingo más querido
se lo querían robar.

Cuando aquél bulto cruzó 
por detrás de la tropilla, 
Medina casi en cuclillas
hasta su pingo llegó.
La madrina conoció 
a su dueño en el instante
cuando el grito vigilante
dieron de pronto unos teros
al darse vuelta el cuatrero,
Medina estaba delante.

Cuando se gana el tirón 
en un trance tan audaz
al paisano más capaz 
le hace buya el corazón.
Al cuatrero en la ocasión
al sentirse descubierto, 
de a pie y en campo abierto
ya no es fácil disparar, 
sólo le resta pelear 
o sino darse por muerto.

El hombre andaba de a pie
con el caballo a la rienda
y en el claro de una senda
se divisa el pangaré, 
de un: "¡Alto, quién es usted!", 
un grito quedó flotando
se fué pa'trás reculando
con intención de montar, 
y a otro palo fue a parar
una lechuza chistando.

Medina fue como luz
y no menos el cuatrero, 
y el brillo de dos aceros
traiba destino de cruz; 
con un poco de inquietud
la tropilla se alejó
sólo el gateao se quedó 
como mirando la escena
bajo esa noche serena
donde su dueño pelió.

El cuatrero ya finao
quedó en el suelo tendido
y Medina mal herido
quiso buscar al gateao.
caminó como enredao
con el facón de testigo
y al verlo cerca a su amigo
palmeándolo con la mano
le dijo: "No importa hermano,
vos te quedaste conmigo".

Al cuatrero lo enterraron 
por indicación del juez, 
vino a saberse después 
según otros comentaron.
Y un arbolito plantaron 
donde Medina cayó, 
un resero lo encontró 
al despuntar ese día
y antes de morir decía
lo que esa noche pasó.

Al poco tiempo el gateao 
fue festín de los caranchos, 
murió en la tranquera'el rancho
donde supo estar atao.
Un día así resignao
se quedó como dormido, 
la boca abierta y sumido
como relinchando al dueño
y en un galope de sueños
se fue con rumbo al olvido.



Letra: Rafael Bueno
Interpreta Abel ivroud




jueves, 1 de septiembre de 2016

EL MORO DE LOS VIDELA





En un potrerito chico
del campo de los Videla,
fue que al pasar pa la escuela
lo vi asomando el hocico... 
Por algo que no me explico 
allí me quedé parao, 
contemplando emocionao
en un silencio profundo, 
pa verlo venir al mundo
igual que un pollo mojao.

La madre era una rosilla 
que al verla el patrón, preñada, 
la apartó de la manada
cuando vendió las tropillas; 
y por esas maravillas
que Dios al mundo le ha dao, 
nació un morito tiznao
que sin temor a golpearse,
al rato quería pararse 
tanteando como un mamao.

A la semana ya andaba 
retozando en el potrero, 
o coriendo algún ternero
que curioso lo miraba, 
y al verme que yo pasaba
cada mañana temprano, 
solía esperarme baqueano
y al verme yo sin testigo, 
como si fuera mi amigo
le decía "adios" con la mano.

Pero quiso el romerillo
cobrarle a la yegua el cuero, 
y solito en el potrero 
quedó un día el potrillo.
Se le fue apagando el brillo
de su pelaje gauchón, 
y chaplinudo y panzón
se fue criando como pudo,
entre liebres y peludos
y algún holando mamón.

Así tres años pasaron
medio atrás quedó mi infancia, 
y pa pionar en la estancia 
los Videla me tomaron.
Mis quehaceres me llevaron
hasta aquél potrero un día, 
donde el morito lucía
su condición de orejano, 
sin que jamás una mano
lo haya tocao toavía.

Ni bien peché la tranquera
hizo sonar las narices, 
mal llevao, como quien dice,
buscando echarse pa juera.
Tenía una crin entera
como el pastizal del llano, 
y al ver que su instinto indiano
de mi presencia recela, 
como cuando iba a la escuela
lo saludé con la mano.

Pa mi que aquella señal
fue una luz en su memoria, 
y sirvió pa que esta historia 
tenga un hermoso final.
Un relincho colosal
soltó al pararse en dos patas, 
y ante mi sonrisa grata
que su nobleza refleja, 
vino a rascarse la oreja
al borde de mi alpargata.

El patrón que conocía
mis andanzas de muchacho, 
y de aquél potrillo guacho
su triste historia sabía, 
me mandó llamar un día
y ante mis ojos atentos, 
desnudó su sentimiento
con un gesto que hoy valoro; 
regalándome aquél moro
por mi buen comportamiento.

Se podrán imaginar
el alegrón que me dió, 
que ni bien me lo entregó 
lo empecé a remodonear.
Ni mira de corcovear
cuando le puse el recao, 
y al mes y medio clavao
andaba, sin ser jactancia; 
luciéndome por la estancia
con el moro de bocao.

Un sentimiento de hermano
creció por él con empeño, 
sin que conozca más dueño
que mi recao y mi mano.
Y hasta ese amor soberano
que aun comparte mi existencia
pudo calmar mi impaciencia
sentadas en sus ancas recias
cuando al salir de la iglesia
rumbeamos pa la querencia.

Y ahí en más vivió prestando
los años que hoy amontona,
con su pintita gauchona
que lo sigue acompañando.
En un corral trabajando
o recorriendo potreros
cargando al anca algún cuero
o tirando agua en el jaguel, 
o al ruido del cascabel 
con el sulky dominguero.

Hoy está pa otros quehaceres
porque entuavía tiene tela, 
y va con tres a la escuela:
un varón y dos mujeres.
Cumplidor pa los deberes
ya está ensillao de temprano, 
y al verle alejarse ufano
con los chicos de testigo, 
porque siempre fue mi amigo
lo despido con la mano.