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jueves, 21 de diciembre de 2017

DEFENDIENDO TRADICION


Jineteo, la Contraria que pide tu abolición al boxeo no prohibió humanos a las trompadas ni los permisos de caza 'deportiva' al cazador de otros bichitos de Dios como el equino que "ampara", cuyo riesgo es casi nada pa'l riesgo que corro yo. Y no es cruz con banderillas la del potro reservado; él no muere desangrado como el toro en la corrida tras metódica herejía anteriormente "picado". Tal vez muera desnucado un caballo si hay caída pero jamás en la vida por un final provocado. Mismo final me aproxima o fácil quedo lisiado pero es el método sano de liberar rebeldía; la misma que requería en guerra mi antepasado. ¿O piensa que protestando sin usar caballería, esta patria suya y mía los abuelos la ganaron? A más, por sicología, el hombre debe arriesgar físico y canalizar naturaleza agresiva; por eso en guerra suplida es trancazo y es patear en el fútbol al rival más gambetas maravilla con hinchada enardecida cual malón por atacar. Déjenos con el caballo disfrutar la adrenalina: yo, de cumplir tiempo arriba y él de bajarme volando. Como Contra tenga claro que comete una injusticia porque de su cuna misma, por sentimiento heredado, en estas lides el gaucho su epopeya reivindica. En caprichosa intención pingo y yo somos tal cual: él lucha por ser bagual y yo por ser tradición. Doña Contra, su cuestión no es de fauna en general; recalco que al amparar no ampara mi condición; ya que sigo en creación siendo el primer animal. . José Luis Remualdi Cavallero

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