I
Si amigo, el gatiao que ái vé,
ni aunque la mala me amargue
no hay plata que me lo pague
y viá decirle el porqué.
Yo en deuda con él quedé
y siempre estaré endeudao,
porque de puro confiao
volviendo solo, de un viaje,
por mi pingo y su coraje
no me ahogué allá en el Salao.
II
Con treinta días de ausencia
venía con sobras de aliento
trayendo mi pensamiento
puesto fijo en mi querencia.
Y cometí esa imprudencia
sin meditar y allá lejos,
donde el cielo en sus reflejos
me hacía ver en lo infinito
las ternuras de un ranchito
donde esperaban mis viejos.
III
Y aquella mañana, el río,
sin más testigos que Dios
casi nos traga a los dos
por aquél apuro mío.
Pero el gatiao puso un brío
que hasta hoy me maravilla,
y yo que estaba en capilla
con una esperanza sola
bien agarrao de la cola
pude ganar la otra orilla.
IV
Me mate un rayo cuñao
si a la verdá no me ajusto,
pero después de aquel susto
le dí un abrazo al gatiao.
Prometí, y hasta he jurao
después de mi salvación,
que mientras tenga razón
y mi vida no se apague
no habrá plata que lo pague
¡a mi gatiao regalón!
Muy lindas letras
ResponderBorrarFelicitaciones!
ResponderBorrarMuy linda letra para los que vivimos en el campo tiene algo especial
ResponderBorrarHola como.estas
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