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sábado, 31 de agosto de 2019

La Mula Martir


Destetaro al potriyo de la Overa
y, quedó como hijastro de la mula;
que debia tenerlo resguardao
de las zarpas sangrientas de los pumas.

Porque tanto la mula como el burro
son eternos vencedores de la fiera;
y, espontaneso defensores de las victimas
q´eya ataca a mansalva, por las sierras.

Y, ´n el caso estéril de la mula
que vé su hijo imposible en el ajeno;
por razones de sangre en el potriyo
tiende mas a ampararlo y socorrerlo.

Y, sabiendo q´ él, és el bocao
más ansiao y buscao por el hereje;
cuando él hombre de San Luis no se lo entrega
éya, sola lo atrae y lo proteje.

Y, habia que ver a esta madrastra;
cuandpo al cáir la tarde la largaban,
disparar en busca del potriyo
y, no dar un bocao, por hacer guardía.

Y, pasaron las noches de La Punta;
y éya siempre pegada al defendido,
sin dormir, mirab´hacia los montes
estudiando atenta cualquier ruido.

Pero entró a soplar el Chorriyero
y la "yas" del piquillín y los chañares;
condundió al ambiente silencioso
con su música de sones infernales.
Y, se vino el puma entre las sombras
a la punta misteriosa de los cerros;
y, cayó sobr´el lomo d ela mula
¡en un salto traidor y ventajero!

Pués venciendo a traición a la custodia
era fácil la caza del potriyo;
pa´lo cual en la cháira de sus sueños
habia andao asentando sus colmiyos.

Pero éya, sabiendo su intención
y, herida de muerte en las barrancas;
saltó decidida hacia el vacio, 
con su carga fatal sobre las ancas.

Y, ande al día las piedras milenarias
se yenaron de luz y colorido;
se vió al puma y aqueya mula martir
¡reventados por el golpe del abismo!
En tanto el viento del Chorriyo
po´´l embudo gigante de los cerros;
traia el relincho del potriyo
¡como réquiem ... profundo y lastimero!

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Ayer; un matrimonio mal yevao
regaló por el pago a sus cachorros;
pa´tomar cada uno por su lao
en un viaje sin pena y sin estorbos.

Y, yó, pienso: que lindo fu´el ejemplo
de la mula del cerro sanluiseño
pues; habiendo quien dá ´sus propios hijos
éya.... ¡supo morir, por uno ajeno!

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