Hay un cencerro colgao
en el alero del Rancho,
con tres tajos a lo ancho
y un costao medio quemao,
eso atestigua al pasao
que tratare de contarlo
su dueño sin mas pensarlo
después de lo sucedido;
Con un gancho a decidido
en el alero colgarlo.
Tenia una madrina mora
mas seguidora que un perro,
y el tintinear del cencerro
se escuchaba a toda hora,
a esa música sonora
la seguían diez tobianos
todos lidiados por sus manos
de la estancia los cerrillos;
y de lunar un rosillo
codiciado por los paisanos.
En una mañana fría
se disponía a recorrer,
los pingos no podía ver
y al cencerro no lo oía,
algo malo presentía
la pucha que habrá pasao
dejo al juncal a un costao
su garganta gano u nudo;
encontró un cencerro mudo
por diez tobeanos rodeado.
Un rayo le había matao
la madrina de la tropilla,
y esa no es cosa sencilla
pal que en el campo se ha criao,
le desprendió con cuidao
el botón al navarrero
y como todo campero
se volvió al puesto silbando;
con los tobeanos arriando
y le cencerro bajo el cuero.
En luces malas no quiero
ni pensar en brujeria,
solo se que ese día
vive colgao al alero,
pero debo ser sincero
que su fama se acrecienta
todo el que pasa comenta;
que tintinea sin dar tregua
Como llamando a la yegua
en los días que hay tormenta.
Fue don Rosendo Lugones
el que me contó esta historia,
que da vueltas como noria
en ranchos puestos y galpones,
se comenta en los fogones
y en reunión del paisanaje
que aquel que pasa de viaje
A ese lugar atesora;
por el cencerro de la Mora
se conoce ese paraje.
hermos tema
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