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sábado, 3 de septiembre de 2016

EL GATEADO DE MEDINA


Era un tal Lucio Medina
crillazo como el mejor
en un tiempo domador 
en la estancia "La Colina".
Criollazo de mucha estima, 
campero y muy apreciao,
supo tener un gateao
que era toda su alegría
y en yerras y pulperías
fue pingo muy codiciao.

Con el producto'e las domas
Medina compró un campito
y allá levantó un ranchito
en la falda de una loma.
Bastos, riendas y caronas
adornaban la cocina
después ovejas, gallinas, 
todo empezaba a crecer
por eso ¡quién iba a creer
que eso quedara en la ruina!

Al cerrarse la oración 
y mientras pitaba un chala, 
pa'l catre se refalaba
aunque no era dormilón.
La pava sobre el fogón
había quedao silenciosa, 
y una estrella brillosa
jugueteaba por los serros, 
sintió tañir el cencerro
en forma muy sospechosa.

De un salto estuvo parao
y se vistió de un tirón, 
después manotió el facón 
que estaba sobre el recao, 
qu'esa tarde había dejao
mientras cortaba unos cueros, 
y ya con el caronero, 
cauteloso pero alerta, 
se fue entreabriendo la puerta
pa'divisar al sendero.

Salió medio agachao, 
costeando una cina-cina, 
y ve un bulto que camina
con dirección al gateao.
Muy pronto estuvo enterao
de lo que iba a pasar, 
nada lo hacía dudar
se daba por advertido, 
que a su pingo más querido
se lo querían robar.

Cuando aquél bulto cruzó 
por detrás de la tropilla, 
Medina casi en cuclillas
hasta su pingo llegó.
La madrina conoció 
a su dueño en el instante
cuando el grito vigilante
dieron de pronto unos teros
al darse vuelta el cuatrero,
Medina estaba delante.

Cuando se gana el tirón 
en un trance tan audaz
al paisano más capaz 
le hace buya el corazón.
Al cuatrero en la ocasión
al sentirse descubierto, 
de a pie y en campo abierto
ya no es fácil disparar, 
sólo le resta pelear 
o sino darse por muerto.

El hombre andaba de a pie
con el caballo a la rienda
y en el claro de una senda
se divisa el pangaré, 
de un: "¡Alto, quién es usted!", 
un grito quedó flotando
se fué pa'trás reculando
con intención de montar, 
y a otro palo fue a parar
una lechuza chistando.

Medina fue como luz
y no menos el cuatrero, 
y el brillo de dos aceros
traiba destino de cruz; 
con un poco de inquietud
la tropilla se alejó
sólo el gateao se quedó 
como mirando la escena
bajo esa noche serena
donde su dueño pelió.

El cuatrero ya finao
quedó en el suelo tendido
y Medina mal herido
quiso buscar al gateao.
caminó como enredao
con el facón de testigo
y al verlo cerca a su amigo
palmeándolo con la mano
le dijo: "No importa hermano,
vos te quedaste conmigo".

Al cuatrero lo enterraron 
por indicación del juez, 
vino a saberse después 
según otros comentaron.
Y un arbolito plantaron 
donde Medina cayó, 
un resero lo encontró 
al despuntar ese día
y antes de morir decía
lo que esa noche pasó.

Al poco tiempo el gateao 
fue festín de los caranchos, 
murió en la tranquera'el rancho
donde supo estar atao.
Un día así resignao
se quedó como dormido, 
la boca abierta y sumido
como relinchando al dueño
y en un galope de sueños
se fue con rumbo al olvido.



Letra: Rafael Bueno
Interpreta Abel ivroud




jueves, 1 de septiembre de 2016

EL MORO DE LOS VIDELA





En un potrerito chico
del campo de los Videla,
fue que al pasar pa la escuela
lo vi asomando el hocico... 
Por algo que no me explico 
allí me quedé parao, 
contemplando emocionao
en un silencio profundo, 
pa verlo venir al mundo
igual que un pollo mojao.

La madre era una rosilla 
que al verla el patrón, preñada, 
la apartó de la manada
cuando vendió las tropillas; 
y por esas maravillas
que Dios al mundo le ha dao, 
nació un morito tiznao
que sin temor a golpearse,
al rato quería pararse 
tanteando como un mamao.

A la semana ya andaba 
retozando en el potrero, 
o coriendo algún ternero
que curioso lo miraba, 
y al verme que yo pasaba
cada mañana temprano, 
solía esperarme baqueano
y al verme yo sin testigo, 
como si fuera mi amigo
le decía "adios" con la mano.

Pero quiso el romerillo
cobrarle a la yegua el cuero, 
y solito en el potrero 
quedó un día el potrillo.
Se le fue apagando el brillo
de su pelaje gauchón, 
y chaplinudo y panzón
se fue criando como pudo,
entre liebres y peludos
y algún holando mamón.

Así tres años pasaron
medio atrás quedó mi infancia, 
y pa pionar en la estancia 
los Videla me tomaron.
Mis quehaceres me llevaron
hasta aquél potrero un día, 
donde el morito lucía
su condición de orejano, 
sin que jamás una mano
lo haya tocao toavía.

Ni bien peché la tranquera
hizo sonar las narices, 
mal llevao, como quien dice,
buscando echarse pa juera.
Tenía una crin entera
como el pastizal del llano, 
y al ver que su instinto indiano
de mi presencia recela, 
como cuando iba a la escuela
lo saludé con la mano.

Pa mi que aquella señal
fue una luz en su memoria, 
y sirvió pa que esta historia 
tenga un hermoso final.
Un relincho colosal
soltó al pararse en dos patas, 
y ante mi sonrisa grata
que su nobleza refleja, 
vino a rascarse la oreja
al borde de mi alpargata.

El patrón que conocía
mis andanzas de muchacho, 
y de aquél potrillo guacho
su triste historia sabía, 
me mandó llamar un día
y ante mis ojos atentos, 
desnudó su sentimiento
con un gesto que hoy valoro; 
regalándome aquél moro
por mi buen comportamiento.

Se podrán imaginar
el alegrón que me dió, 
que ni bien me lo entregó 
lo empecé a remodonear.
Ni mira de corcovear
cuando le puse el recao, 
y al mes y medio clavao
andaba, sin ser jactancia; 
luciéndome por la estancia
con el moro de bocao.

Un sentimiento de hermano
creció por él con empeño, 
sin que conozca más dueño
que mi recao y mi mano.
Y hasta ese amor soberano
que aun comparte mi existencia
pudo calmar mi impaciencia
sentadas en sus ancas recias
cuando al salir de la iglesia
rumbeamos pa la querencia.

Y ahí en más vivió prestando
los años que hoy amontona,
con su pintita gauchona
que lo sigue acompañando.
En un corral trabajando
o recorriendo potreros
cargando al anca algún cuero
o tirando agua en el jaguel, 
o al ruido del cascabel 
con el sulky dominguero.

Hoy está pa otros quehaceres
porque entuavía tiene tela, 
y va con tres a la escuela:
un varón y dos mujeres.
Cumplidor pa los deberes
ya está ensillao de temprano, 
y al verle alejarse ufano
con los chicos de testigo, 
porque siempre fue mi amigo
lo despido con la mano.

martes, 30 de agosto de 2016

MARTINCITO




Martín Velazquez vivia sus años de gaucho viejo, 
mirandose al espejo de su juventud bravia,
con los recuerdos hacia trenzas de sus cuentos,

mas los Pamperos violentos de aquellos tiempos vividos
iban cubriendo de olvido a sus ojos soñolientos.

Para mejor sus dos hijas no quisieron saber nada
de su tradicion pasada, aunque buenas y prolijas tontas ideas fijas
pusieron a su razon al viejo sin mas cuestion, por no herir a las muchachas
en vez de poncho bombacha usó saco y pantalon.

y allá en rincon colgadas cubiertas de polvo y tela
quedaron botas y espuelas con las rodajas gastadas 
ya las dos hijas casadas y el viejo con su consuelo
como cortando su vuelo hasta que un nieto llegó,
al que Martin lo llamo como homenaje al abuelo.

 Martincito fue creciendo en su escula con su enseñanza
con una profunda labraza en su alma floreciendo
y cuando se fue instruyendo en la historia de este suelo
vio que el gaucho fue el señuelo de la libertad naciente
el mismo gaucho valiente de los cuentos del abuelo.

Y Un dia de esos que la historia a la Patria señala 
donde el coraje abre alas para ganarse a la gloria,
donde se honra la memoria de esos heroes de Mayo

Martincito. de soslayo fue timido a encararlo 

Abuelo, Abuelo vengo a invitarlo pa´desfilar de a caballo...

Y era de ver la alegria del viejo martin Velazquez 
que fue resero fue Chasque cuando esta Patria nacia;
encebaba y añadia riendas bozales y tientos,
y con los ojos contento repetia el viejo paisano
la sangre tarde o temprano aflora en los sentimientos.....

viernes, 26 de agosto de 2016

CEFERINO NAMUNCURÁ

Ceferino Namuncurá - Rodolfo Ramos


Fue Ceferino Manuel,
Namuncurá de apellido
en Chimpay había nacido
por el Río Negro aquél;
Cacique fue el padre de él
que una cautiva tomó
Rosario Burgo llegó
entre el dolor y la pena,
una mestiza chilena
que doce hijos le dió.

Ceferino así nació
de una raza degradada,
fue en agosto su llegada,
un veintiseis se encendió
la estrella que lo alumbró
con un don de Dios, lo se,
de guía la llevaré
por donde voy caminando
porque aun sigue alumbrando
con la luz que da la fe.

Nacido el mil ochocientos,
ochenta y seis más preciso,
su piel de tono cobrizo
fue templada por los vientos.
En esos tiempos violentos
en que el indio se rendía
A Bueno'Aires partía
con once años solamente
pa'ser útil a su gente
ser sacerdote quería.

Allá en Almagro llegó
al Colegio Pío IX ("Nueve")
y por su esfuerzo conmueve
de cómo sobresalió;
allí Gardel estudió,
supieron tal vez jugar
sabiendo muy poco hablar
la lengua de la castilla,
cuentan que en esa capilla
lo vieron también cantar.

Era de tono bronceado
y grandes ojos tenía
con esa melancolía
de aquél terruño dejado.
Era dulce, acompasado,
muy calmoso al hablar;
Ceferino fue de usar
ropaje más bien sencillo
un pelo de negro brillo
y languidez al mirar.

Los estudios terminó,
la primaria atrás quedaba,
su salud desmejoraba
y hacia Viedma regresó.
Su vocación prosiguió
en San Francisco de Sales
secundarios colegiales,
donde Monseñor le pone
a ese médico Garrone
pa'que le trate sus males.

Era el Monseñor Calliero
que luego a Italia partía
y al enfermo llevaría
siguiendo el camino al clero;
Buenos Aires al viajero
de nuevo a llegarlo vio
desde Bahía partió
dejando atrás su familia
y en aquél vapor "Cicilia"
hasta Génova llegó.

Turín y Roma lo honró
y Pío X(diez) que era el Papa
pa'que luzca en la solapa
una medalla le dio.
Fue un ejemplo que brilló
y cuando el "cinco" corría,
once de mayo ese día,
derrotado por el mal
moría en un hospital:
dieciocho años tenía.

El veinticuatro vería
ya sus restos repatriar
y el sitio pa descansar
Fortín Mercedes, sería.
Fue un poco la biografía
de este Araucano ejemplar,
tenga el viajero al andar
la luz que marca el camino
con un mensaje divino
que Dios nos hace llegar.

Consumido en fiebre y tos
usa la muerte su trampa
y el "Príncipe de la pampa"
será otro santo de Dios,
en mi plegaria estás vos.
Tu estrella me alumbrará,
cuánta esperanza que das
estampita del camino:
indiecito Ceferino
hijo de Namuncurá.

https://www.youtube.com/watch?v=NrrK2kDzTk4

miércoles, 24 de agosto de 2016

"A Tucuta"




Norberto Schang es el nombre un apellido francés
que se hizo gaucho despues que se hizo hacer de renombre
al mencionarle al hombre se que lo conoceran
y todos se acordaran su fama llego a la cumbre 
entre los que por costumbre le dicen Tucuta Schan 
Jinete desde la infancia y adefini su carrera
crine grupa y encimera conocieron su prestancia
con estilo y elegancia en el arte de jinetear 
es hombre que supo dar prestigio a la profesion
y por propia conviccio abe perder y ganar
siempre espera revoleando enriendando a pierna abierta
a al grito de " denle puerta" lo sabe sacar achando 
y mientras le va cambiando un lazaazo por llorona 
entre aplauso por bordona lo florean a placer
entonces se dentra a ver que el publico se emociona.

Si el reservado que montó se le cayó bellaqueando 
en el suelo pataleando otra vez se le sentó
con mas lujo se le sento hasta apagarle el candil
y enesa lucha febril que mueve fibras internas
abran pasao por sus piernas con ese mas de 3ooo.

Puedo dentrar en su historia porque lo conozco de chico 
y en mi verso certifico que es larga su trayectoria 
galopando en la memoria con verdades a los vientos
puedo lasargar a los tientos sin dificultad ni apremios
puedo que el conjunto de premios a ganao mas de trescientos.

Si en cada generación nace un ser privilegiado
si al mundo viene mandao a cumplir una mision 
TUCUTA es la generación de todos los montadores 
que sin discutir valores por su coraje y guapeza 
por arte, virtud y destreza cubre al gaucho de honores !!



PICO A PICO



En el último potrero
de la estancia La Amarilla
estaba Juan Cabanilla
cambiando un torniquetero,
cuando al grito de los teros
medio bordeando el camino
en un lobuno barcino
venía Clarito Esquivel
puestero también como él,
pero del campo vecino. 
Como viejos conocidos
se saludaron atento
y en camperazo acento
entraron a hablar tupido,
de los casos conocidos,
de toros, de apariciones,
de padrillos, de galpones,
de cosas sin importancia, 
del trabajo de la estancia
y el trato de los patrones.
Hablaron de las cosechas,
de semillas importadas,
de las grandes tractoreadas
y... de las melgas derechas. 
De lo bien que se aprovecha
el campo con los boyeros,
de molinos, bebederos,
caminos y terraplenes,
de la yerras que se vienen,
de lazos y de terneros. 
Hablaron de tiempos duros,
del precio del almacén,
y de la muerte también
de la esposa de Don Arturo. 
De los chicos, y el apuro
Pa’ mandarlos a la escuela,
del julepe de doña Nela 
cuando al cruzar las vías
le echó viento el otro día
el tren que va pa’ Cañuelas. 
Hablaron cuasi a las risas
con maliciosa jarana
del pobre chueco Maidana
que lo dejó la petisa,
del platal que se precisa
pa’ facturar este invierno,
de los cochazos modernos
que cambia el hijo del patrón,
del último ventarrón
y del rumbo del gobierno. 
Hablaron tanto y tupido
hasta que el buche molesto,
le hizo acordar que en el puesto
está el puchero servido. 
Apuraron un despido
como quien hace algo malo
y a lo peludo e’ regalo
cayeron justo a comer,
Clarito sin recorrer
y Juan sin cambiar el palo.

lunes, 22 de agosto de 2016

EL REMATE



Falta el aire y sobran moscas,
este domingo de Enero.
El sol fríe las chicharras...
duerme un matungo azulejo...
Algunos pollos con árganas
estan de picos abiertos.
En los charquitos de sombra
hay unas guachas bebiendo.
Por los caminos calientes
pasa la siesta en su lerdo.
Ojos azules de cardos
curiosean desde lejos,
y asoman por las goteras
ojos azules de cielo...
Todo es dulce de tan pobre...¡
Frente al rancho de estantéo
que anda con los cuatro codos
deshilachados de tiempo,
subasta un rematador
las pilchas de un criollo viejo.
Hay muchos interesados;
son vecinos todos ellos,
muchachos que hasta hace poco,
le llamaban: el agüelo.
Recostao en el palenque,
los mira triston el viejo:
han ido a comprar barato
cosas que no tienen precio...
Y piensa con amargura:
Ya no da criollos el tiempo...¡
-"¿Que vale este par de espuelas?"
Y las rodajas de fierro,
son como dos lagrimones
que llorasen por su dueño.
Con ellas salió a ganar
hace ya muchos inviernos,
la novia en un bagual blanco;
la vida en un bagual negro.
Los mozos suben la oferta:
-"Doy diez,quince,veinte pesos!",
Disputan como caranchos
el corazón del agüelo.
Al escucharles, se pone
rojo de vergüenza el ceibo.
-"Son suyas las nazarenas"
dice a uno el martillero.
Le han vendido las lloronas
hoy, por desgracia! Hoy ,tan luego
que en el palenque ,la vida
ató su bagual más negro...
y piensa con amargura:
Ya no da criollos el tiempo...!
Sacan a la venta un poncho,
donde garuan los flecos,
para mojarle los ojos
al que se lo lleve puesto.
Tiene la boca zurcida
y lo gastó tanto el viento,
que al trasluz del calamaco
se ve la historia del dueño...
Guampas,chuzas y facones
lo cribaron de agujeros...
pero su filosofía
siempre le puso remiendos:
de día con un celeste;
de noche ,con un lucero.
-Yo pago por esa pilcha
toda la plata que tengo!
-Subo una onza la oferta!
Si no hay quien dé más, lo quemo!
Entonces cai el martillo
en lo duro del silencio...
Un joven se lleva el poncho.
Y allí cerca el gaucho viejo
está temblando de frío
en una tarde de Enero,
y piensa con amargura:
Ya no da criollos el tiempo...!
Así pierde en la bajada ,
lo que ganó en el repecho:
una a una, las ovejas;
pilcha por pilcha, el apero...
Quisiera salvar del lote
su mancarrón azulejo,
pa que lo agarre la noche
en un caballo estrellero.
No tiene más que uno...Y ése
se lo quema el martillero!
Allí termina el remate.
Cobró su cuenta el pulpero.
Aura sí: al verlo de a pie,
tan amargo,tan desecho,
todos los rumbos arrollan
los lazos de los senderos
y son cuatro pialadores
que estan esperando al viejo:
en cuanto quiera salir,
lo van a dar contra el suelo!

Entonces , aquellos mozos,
se acercan a defenderlo
y el más ladino le dice
ante temblón y risueño:
-Todos compramos sus pilchas,
pa salvárselas, agüelo.
Aqui tiene sus espuelas...
Aqui tiene su azulejo..
Uno le trai en los brazos
igual que un niño, el apero
y otro le entibia las manos
con aquel poncho de flecos...
Porque sigue dando criollos,
muy lindos criollos , el tiempo.



viernes, 19 de agosto de 2016

LA CRUZ DEL PUESTO



Allá donde el viento arranca

silbos de cada jarilla
y flamea la flechilla
por sobre las toscas blancas,
con su cumbrera lunanca
y el techo medio plomizo,
juntito a un chañar macizo,
entuavía con arrogancia,
se divisa a la distancia
un ranchito de chorizo.

Su aspecto de poca suerte
parece gritar erguido
entuavía no está vencido
por más que le han pegao fuerte.
Y en esas noches de muerte,
negras cuando el viento zumba
por detrás del rancho, cumba,
sale pasar una luz
que va a posarse a una cruz
solitaria de una tumba.

Cuentan que en ese lugar
una familia vivía,
y hermosa niña tenía
con tres gurise'a la par.
Cierta vez llegó a domar
un mozo de pobre facha
que al andar de buena racha,
después de jugarse el resto,
tuvo que d'irse del puesto
por querer a la muchacha.

Y habla un viejo cazador
ebrio que el tiempo gastó:
que la muchacha se ahorcó
cuando se fue el domador.
Él fue su único amor
y el último también,
porque al no mirarlo bien
los dos padres se negaron,
y aquél romance truncaron
para siempre como ven.

Decía el viejo lagrimiando,
mustio de pena y dolor,
qué el vió al mozo domador
cuando se alejó troteando.
Treinta baguales arreando,
dos cencerro' y dos carguero',
bien montao sobre un overo
de colmillo y redomón
pero con la desición
de seguir junto al pampero.

Pasaron días y meses,
ocho lunas sin alarde,
y en esa hora que la tarde
todito el campo adormece,
se oyó un lamento con crece'
que hizo tiritar los pechos
era un gurí que maltrecho
o'servaba sollozando,
a su hermanita colgando
de la cumbrera del techo.

Fue el mismo viejo del cuento
que cortó el lazo enseguida
para que el cuerpo sin vida
cayera al suelo un momento.
Llanto, dolor, sufrimiento,
de dos padre' al contemplarla
y así después de velarla
dos noches, sobre un recuadre,
quiso la madre y el padre
tras del ranchito enterrarla.

Y frente al horcón sin meya,
sobre el piso si uno busca,
se ve una mancha parduzca
que debe ser sangre de ella.
Desde entonce' y por la huella
que pasa costeando el cerro,
se oyen sones de cencerros
con tropel de redomones
que no son más que visiones
para hacer torear los perros.

Y en noches antes de llover,
cuando el relámpago empieza,
parece que entre en la pieza,
sollozar a una mujer.
Mas cuando empieza a crecer
la noche en tinieblas obvia,
de la habitación que agobia
parece salir al tranco
una figura de blanco
que se parece a una novia.

Deben ser las ilusiones
de aquella muchacha triste,
que en cada piedra persiste
en un sueño hecho visiones.
Ya todos de esas regiones
se han marchado uno a uno,
y aunque es leyenda que acuno
yo mismo he palpao la cruz
donde se posa luz
sin molestar a ninguno. 

miércoles, 17 de agosto de 2016

¡SEÑOR DE LOS ANDES!




¡Señor de Los Andes
¡señor de la Patria !
allá en el macizo
tenés otra estatua.
En hierro y en piedra
¡en nieve , muy blanca !


tallada en la mole 
del mismo, Aconcagua.

Señor de los corvos
titán de los libres
genial estratega
¡rutero sublime !
Aquí el continente
te fué muy pequeño
cundiendo en el mundo
¡tu nombre y tu genio!

La selva Argentina
la pampa y la sierra
en patrias fusiones
se hicieron esencia;
y todo lo criollo
en alma y en estro;
entró a tu alma
¡diciendo; eres nuestro!

La fuerza potente
del mismo pampero
te dijo: "a caballo!
feliz mensajero"
Y, en un overito
trepado en los cerros
a punta de sable,
grabaste en el cielo:

"Por estos dominios
de Dios y los astros
pasó la Argentina 
con ritmo de cascos;
Diciéndole a América
"levantate y anda"
que eres un ente
con sangre y con alma".

Señor de la Patria
 señor de los bronces
 señor del Renuncio 
magnifico prócer:
 Si admira tu genio
 tu nervio y tu tino: 
admira y asombra 
¡tu santo idealismo!

Que importa el ultraje
y el cruel ostracismo;


si solo a los grandes
les cabe ese signo.
Que importa todo eso
¡Señor de los Andes!
si al santo no alcanzan
¡ni ruines ni infames!

Que importan calumnias
insidias y olvido;
de aquellos que hicieras
tan libres...¡y dignos!
Qué importa, si hoy tienes
tu bronce más lindo
en medio del pecho 
¡de cada ARGENTINO!