pero mi hijo era un abrojo prendido de los pelegos
eso fue por la mañana me parece estarlo viendo
no volvio pal mediodida pero no extrañba aquello
que para salir para el campo y allar un animal muerto
no volvia para las casas para sacarle el cuero,
o hallara una bichero o algún alambrao
en el suelo era tan voluntarioso nunca dejaba pa luego
era gastador ne lujo en los trabajos en cuero.
Le habia enseñado a trenzar de muy chico un moreno
y puso tanta afición que lo aventajeo al maestro habia que verlo a caballo apartando en un rodeo lo mismo que en las yerra en una sunto muy serio daba escuela con el lazo pialando limpito y lejos era un guri general en los trabajos camperos
jamas me podre olvidar el dia que lo ahye muerto habia salido temprano y ya estaba oscureciendo la madre andaba nerviosa porque el guri no habia vuelto y yo lo sali a camperear entre al potrero del medio y cerquita alle las garras desparramadas en el suelo las empece a amontonar y sin comprender aquello me empezarona espueliar los malos preserntimientos
lo haye mirando pa arriba ehcao pa tras el chambergo con las piernitas abiertas s e me habia ido pal cielo atravesao en las cruces y envuelto en mi poncho negro me lo truje pa las casas con un rumbo de silencio para las madre y los hermanos que regalo compañero otro dolor como aquel no puede masndar desde el cielo me miraba mi cachorro era tan guapo tan bueno como pude venir yo por el camino trayendo sobre la cruz del caballos atravesao mi hijo muerto siempre por ese camino parece que lo veo salir al campo solito a recorrer los potreros.
No vamo’ a trabajar No vamo’ a trabajar No vamo’ a trabajar No vamo’ a trabajar
Lunes si, primer día de semana, Seria una macana si vamo a trabajar… no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar… no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar…
Martes si, del lunes día siguiente, Y por lo consiguiente, no vamo’ trabajar, no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar… no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar…
Miércoles si, es mitad de semana, Cumple años mi hermana, no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar… no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar…
Jueves si, pero anunciaron lluvia, Si uno bien lo estudia, no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar… no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar…
Viernes si, al otro día es sábado Pa’ conseguir asado, no vamo’ trabajar, no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar…
Sábado si, se trabaja medio día Total por medio día pa que vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar… no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar…
Domingo si, no es día de trabajo, Es justo y obligado tener que descansar, no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar… no vamo’ a trabajar, no vamo’ a trabajar…
No vamo’ a trabajar No vamo’ a trabajar No vamo’ a trabajar No vamo’ a trabajar
Tiernito cuando gurí como pecho de paloma y el salto de la maroma fue de lujo para mí. Ya después cuando salí a trabajar de mensual, se me echaban al corral un lotecito de potros, saltando de un lomo al otro sin respetar al bagual.
En la estancia "Los Aromos" a un gran bellaco le puse las dos horquilla en el tuse y me le acosté en el lomo. La gente decía cómo se puede aguantar así y un viejo que estaba allí dijo: "Es tiempo que se entere, éste indio tiene poderes de un gran brujo guaraní".
Comento que los poderes me lo alegó en su agonía que era de supremacía entre potros y mujeres, dijo: "Cuando un brujo muere es ley que su poder entregue al último que se allegue" y él entregó su linaje: "¡que ningún potro lo baje ni una mujer se le niegue".
Como quien por todo eso ninguna virtud presume, era el tiempo del desplume y fui a ganar unos pesos. Unos "neandos" de profeso sobre la linda apreté, mi pingo rodó y se fue; y contra del alambrao sobre una hebra parao como un pájaro quedé.
Al pararse el animal del alambre me tiré, salí como lo monté como cosa natural. Corriendo pa hacer corral de a caballo a los ñanduces, se dio vuelta sobre el tuse de nuevo el pingo y quedé revoleando y le arrojé la bola a un "neando" en el cruce.
Todo eso atribuía a acreditar mis poderes si hasta las mismas mujeres mil leyendas me tejían. se hablaba en las pulperías de mi poder sobrehumano y decían los paisanos que de tanto robar mozas tenía el anca lustrosa mi caballo bayo ruano.
Por culpa de eso me vi apechugado en reproches, china que juyó de noche me echaron la culpa a mí. Una tarde allá en el Yí ya con los últimos rayos eché al agua mi caballo y dende la otra ribera me gritó un viejo: "si yo era el brujo que anda en un bayo".
Mientras mi bayito trae el agua haciendo burbuja le dije: "ni en brujos ni brujas yo creo pero las hay. ¿Pa qué pregunta, caray, para qué quiere saber?" -"Dice de que no hay mujer que se te escapa a tu influjo y al verte aquí siendo el brujo yo temo de enloquecer".
"No hay uno que no se juegue a tus manos en el paraje, que no hay potro que te baje ni china que se te niegue. Imposible no se entregue al influjo de tu voz. Para mí clavao que sos, el que mentan los paisanos que anda en un bayo ruano como pintado por Dios".
"Como yo tengo una nieta que la quiero tanto, tan linda que a su encanto se lo envidia la luna. Le daría una fortuna si de mi dolor te apiadas; a más de plata contada, como recuerdo te dejo, para que te vayas lejos una tropilla entablada".
"Si aceptás mi compromiso voy la tropilla a traer, yo quiero mi nieta ver librada de tu hechizo". Mi bayo escarbaba el piso cuando del río a la orilla ví una yegua gargantilla que haciendo punta venía y así soy desde aquél día el dueño de una tropilla...
¿Cómo supe?, les diré: vivía espiando una duda, huella de una burla muda que mucho tiempo rastrié; duda que yo la campié hasta que la descubrí: y cuando la conocí quería desconocerla, negarla a gritos no verla volverla a sacar de mí.
Tenía duda de Almada sin ver ni hallar otra prueba, Más que una sonrisa de Eva y una profunda mirada; no les oí decir nada pero el silencio habló igual: él de mirada sensual y ella, indecisa y sonriente, plegaba distraídamente los bordes del delantal.
Después de esa escena muda que vive entre Almada y Eva, nunca descubrí otra prueba que superara a mi duda; siempre la sospecha cruda atormentaba a mi ser: y tentado por saber un día le hice una trama, y le descubrí a mi dama la falsedad del querer.
Una vez maté un potrillo y algo se cruzó en mi mente, teñí en la sangre caliente hasta la "S" mi cuchillo; salté sobre el doradillo y al galope me largué: a la querencia llegué con el cuchillo en la mano, como ensayao de antemano secretamente le hablé.
-"Tomá, limpialo porque recién allí en la bajada, pelié con mi amigo Almada y como hombre lo maté; panza arriba lo dejé por indecente y safao: porque me dijo el malvao que conmigo eras infiel, que tu cariño era de él y por tu amor lo he peliao".
Tomó el cuchillo azorada y sobre la parte roja, cubrió de besos la hoja diciendo desesperada; -"Esta es la sangre de Almada y Almada es mi único amor": yo tragando el amargor y ella clamando el amante, compartimos del instante los dos del mismo dolor.
Le dije, "encontré quebrao el potrillo de la overa, y para que no sufriera con éste lo he despenao. Por él, viví sin cuidao que si hay una herida aquí: es la que me has hecho a mí al saber que sos de Almada porque no hay peor puñalada que la de perderte a ti.
Duda que vive escondida mejor es no esclarecerla, muchas veces por saberla se llora toda la vida; siempre una duda sabida nos abre una cicatriz: una verdad en un tris obscureció mi pasao, pues mientras vivì engañao yo era el hombre más feliz.