Jinete y potro a la par, valor, fiereza y agallas; y junto a esa misma talla la dulzura del cantar. Seis cuerdas y en su vibrar dos expresiones amarran, cuando mi raza bizarra unifica el sentimiento y adorna el eco del viento con la lonja y la guitarra.
Lonja que se hace chasquido cuando cae entre el pelaje, sonoridad de coraje que el aire lleva prendido. Brazo firme que va erguido y se dobla reiterando en cada golpe dejando la intención de ese jinete, que se juega sobre el flete para seguir jineteando.
Y guitarra: compañera, novia y madre del trovero, sabia de un viejo madero que tuvo raíz coplera. La esencia más verdadera para cantar y querer; la que es hermoso tener apretada contra el pecho, tal vez por haberla hecho con forma de una mujer.
Lonja y guitarra las dos; guitarra y lonja muy juntas parecen decir en yunta: -"Así lo ha querido Dios". Por eso marchan en pos buscando un mismo camino que le señala el destino y tenga color de cielo, ser insignia de este suelo del sentimiento Argentino.
Lonja: pedazo de cuero, cara y cruz del animal; ayer protección cabal hoy golpe rudo y certero; tu sonido siempre fiero lo hace arquear al reservao, y mientras el condenao va sujetando bufidos, en el aire suspendido por vos se agranda el montao.
Y guitarra: nido de canto, cofre sonoro de sueño, pudiste haber sido un leño y en vez de fuego sos llanto; tu armonía es el encanto que al jugar lo hace trovero y el acento cancionero un viejo amor le recuerda; transitando entre las cuerdas del puente hasta el clavijero.
Y así con lonja y guitarra, guitarra y lonja a la vez; va surgiendo la altivez de mi raza más bizarra. Y cuando el verso se narra unificando un destino, me siento gaucho genuino, me siento más orgulloso, me siento criollo y dichoso de haber nacido Argentino.
Cuando yo era chico me decia mi mama, que si sobre el rancho varuyan los teros es señal clarita que vendrán visita Es que era tan lindo pa un niño solo ver llegar parientes o un amigo viejo con la dulce carga de unos caramelos el perfume suave de un ponchito nuevo.
Y fue una mañana que sobre las casas pasaron dos yuntas toreando a los perros, y esperando en vano me gaste los ojos mirando el camino que viene del pueblo.
Porque la visita que tanto esperaba, llegaron de noche pero a los potreros y cortando alambre junto a la tropilla se fueron llevando mi petiso Overo lo mismo que esa tarde pasó Uno solo gritando y gritando con cierto misterio, como un presagio que al llegar la noche se volvió de a poco tristeza y un silencio ya que por la huella de mis esperanzas algubre de unos pasos de unos pingos negros llegaron unos hombres de gesto sombbrio al llevarse el cuerpo de mi padre muerto pasaron los años como pasa todo menos esas mañas que tienen los Teros como aquella siesta que atras de sus gritos llego un forastero oajala se hubiesen callao para siempre
Porque el mal nacido al poquito tiempo maneando una noche de zurco y fatiga se enanacoó a mi prenda y se fue muy lejos extraño conjuro me ligó a esos bichos que a cada pasada que por el rancho hicieron me quitaron algo que yo mas queria que alguien me diga que eso es puro cuento pero por las dudas aunque sea creencia cuanto los oigo acudo a los hechos porque acá en la casa tengo a mama, y el miedo me agarra si gritan los teros
Destetaro al potriyo de la Overa
y, quedó como hijastro de la mula;
que debia tenerlo resguardao
de las zarpas sangrientas de los pumas.
Porque tanto la mula como el burro
son eternos vencedores de la fiera;
y, espontaneso defensores de las victimas
q´eya ataca a mansalva, por las sierras.
Y, ´n el caso estéril de la mula
que vé su hijo imposible en el ajeno;
por razones de sangre en el potriyo
tiende mas a ampararlo y socorrerlo.
Y, sabiendo q´ él, és el bocao
más ansiao y buscao por el hereje;
cuando él hombre de San Luis no se lo entrega
éya, sola lo atrae y lo proteje.
Y, habia que ver a esta madrastra;
cuandpo al cáir la tarde la largaban,
disparar en busca del potriyo
y, no dar un bocao, por hacer guardía.
Y, pasaron las noches de La Punta;
y éya siempre pegada al defendido,
sin dormir, mirab´hacia los montes
estudiando atenta cualquier ruido.
Pero entró a soplar el Chorriyero
y la "yas" del piquillín y los chañares;
condundió al ambiente silencioso
con su música de sones infernales.
Y, se vino el puma entre las sombras
a la punta misteriosa de los cerros;
y, cayó sobr´el lomo d ela mula
¡en un salto traidor y ventajero!
Pués venciendo a traición a la custodia
era fácil la caza del potriyo;
pa´lo cual en la cháira de sus sueños
habia andao asentando sus colmiyos.
Pero éya, sabiendo su intención
y, herida de muerte en las barrancas;
saltó decidida hacia el vacio,
con su carga fatal sobre las ancas.
Y, ande al día las piedras milenarias
se yenaron de luz y colorido;
se vió al puma y aqueya mula martir
¡reventados por el golpe del abismo!
En tanto el viento del Chorriyo
po´´l embudo gigante de los cerros;
traia el relincho del potriyo
¡como réquiem ... profundo y lastimero!
En ésta milonga mía
le canto al pelaje criollo,
tirando con todo el rollo
y encontrando la poesía.
Y por gusto ¡quién diría!
que es una gran ocasión,
nombrando en esta ocasión
sencillito, no hay embrollo;
cantando al caballo criollo
me galopea el corazón.
De diferentes pelajes:
gateaos, bayos, lobunos,
esos sí son oportunos
tan buenos pa un largo viaje.
A la memoria les traje,
un zaino, un pampa, un bragao,
un alazán, un tostao
y en los caminos integro:
un picazo y un tordillo negro,
calzao de tres al candao.
Y por ganas de nombrar,
lindo pelo el pangaré,
igual aquél yaguané
que nunca voy a olvidar.
Una hazaña singular
que recorrió muchas canchas,
tranqueando las patrias anchas
tal vez con muy poco apoyo,
aplaudo al caballo criollo:
al querido "Gato y Mancha".
Por eso tiene valía
seguir nombrando los pelos,
overo negro, el cielo,
parece lo pintaría.
Doradillo, quién diría,
parejo pa galopear,
un blanco particular
en mi décima atesoro
y nunca me olvido el moro
que un premio pudo sacar.
Y también un lunarejo
junto a otro que es canario,
pa'l trabajo es necesario
un rosillo, un azulejo.
Un cebruno muy parejo,
cambié por un encerao,
un raya'e mula, un pintao,
y también con un barcino,
un rabicano genuino,
parejo con un manchao.
Con el ruano y el malacara,
también el zaino tostao,
y hasta el oscuro tapao
que pa correr lo repara.
Nervioso como una vara
cuando sale a galopear,
muchas leguas puede andar,
no se queda sin aliento
y ligero como el viento
nadie le puede ganar.
Pingo bueno, aquél sabino
con el overo rosao,
igual al moro bragao
pa recorrer mil caminos.
Y en esta milonga opino
sin buscar ningún escollo,
en la guitarra me apoyo
en mi canto represento:
y espero que un monumento
le den al caballo criollo.
Vamos pingo que la escuela esta esperando
la maestra y el hermoso pizarron.
También el cariño de la cocinera
peón de patio,el portero y el director.
En el maletín le llevo un regalito
para la bandera que ayer me lavó
el guardapolvo ´porque al jugar a la pelota
en el recreo todito se me ensucio.
Un galopito nomas te pido desde la loma se podrá ver
si vamos tarde , si esta flamenando la banderita
que siempre voy a querer.
Puede ser que llegue pronta fin de mes
y vean los padres, a los niños del internado
ayer ví a uno que lloraba tristemente
pobrecito recien cursa el primer grado.
Quiero ver a mi mamita le decia
a la maestra que juntito a él estaba,
pobrecita trataba de consolarlo
pero dos lágrimas tambien le rodaron.
pobrecita trataba de consolarlopero dos lágrimas tambien le rodaron.
Un galopito nomas te pido desde la loma se podrá ver
si vamos tarde , si esta flamenando la banderita
que siempre voy a querer.
Sos mis espuelas de plata con que me suelo lucir sos bálsamo del sufrir de la pena que me mata sos la cariñosa ñata A quién no puedo olvidar que con su ardiente mirar a mi espíritu provoca; y me calma con su boca cuando me viene a besar.
Sos la que si yo no me calmo cuando algúnd dolor me azota en tu cariño que brota hacia mí reencuentro un almo sos y serás el ensalmo en mi azarosa vida sos la guitarra querida que al cantar pulso con fe; Yo soy y siempre lo seré quién ni un instante te olvidé.
Sos polícroma del niño de mi vida en el sendero y el más brillante Lucero que das luz a la entrelínea sos la que con gran cariño me tratas y con ternura sos la que con la tersura de su rostro encantador; lo inspira el trovador Con sobrada galanura.
el Chaco Santafesino donde un joven de El nochero por ser de un pago campero con decisión acertada recorre las jineteadas alumbrando el país entero.
Queda atrás la patria chica con la soja y el algodón buenos recursos que son como este gaucho le explica pero él se identifica con la criolla jineteada el deporte que le agrada y llega aunque sea a dedo porque sabe que en el ruedo lo espera la paisanada.
¡Ese es Pepo! y es mi amigo, Y lo es de todos nosotros, y encontró montando potros para su espíritu abrigo, es bajito como digo, pero el amor lo cautiva, la estatura es relativa se mide bien no sea asombre que en altura de los hombres de la ceja para arriba.
Para hablar de monta especial aparte de algún ternero ha demostrado ser campero en lo que es tradicional un pony es lo ideal levanta rebenque y codo y en la grupa lo acomodo para que salga a jinetear porque él se quiere quedar en el corazón de todos.
Agradable aparceria logra con su sencillez y agrega con su honradez desbordante simpatía hay que ver con qué alegría pa sembrando en los caminos hombría de bien y opino qué tan firme como un cepo y tiene un abrazo Pepo para todos los argentinos
para el que bien la observó para el que en él se habituó ni mella produce el lampo... si halla calma es un escampo después de algún aguacero, más se requinta el sombrero con entera valentía trabajando todo el día el incansable resero.
Cuando arrea alguna hacienda, sea majada o tropilla, le hace frente al sol que brilla llevando el pingo a la rienda. No teme a la contienda ni al más fierazo entrevero, no usa el fierro ni el acero si no es por obligación; porque es todo corazón el incansable resero.
Con los mismos animales siempre fue el mas compasivo, servicial, presto y activo en los trabajos rurales, por sus sentimientos leales no deja de ser sincero, es amigo y compañero, y cuando tiende la mano lo hace mas bien como hermano el incansable resero.
Si le toca pernoctar cielo abierto y campo afuera se acomoda a su manera porque se sabe arreglar; de las aves el cantar conoce como el primero,
por la estrella y el lucero
en noche oscura se guía, tiene en esto maestría el incansable resero.
Tronaron amenazas; estremecióse el llano bajo el recio galope de la iracunda hueste, y los mejor templados temblaron por la suerte que tocaría a la esposa del coronel hispano.
En raciales rencores, se crisparon las manos ensayando estrujones en las empuñaduras y las mentes forjaron espantosas torturas para vengar la afrenta del indio temerario.
Primitiva tonada los endilgó en la marcha y avanzaron feroces, con las armas tendidas, hasta un claro del bosque donde en tálamo agreste, la hermosa castellana, por dos veces cautiva, la cabeza inclinaba..., dulcemente dormida sobre el pecho taurino del guerrero Tehuelche.
hoy escuché de pasada que hay algunos enojados dicen que me han maltratado
en retirado domingos pero yo que me distingo
de entre los otros caballos veré
si palabras hago para explicarle a los gringos.
Desde que yo era un potrillo hasta hoy en día recuerdo esa tarde
vi corcovear a mi madre a mi padre un gran invicto
después más crecidito me vieron galopear
pero quién me va a aguantar ni soportaba el recado
que mis genes heredados que yo no iba a ser de andar.
Porque naci reservado bendito sea mi aporte
para este antiguo deporte Qué es de los antepasados
la vida me han perdonado y me entraron a cuidar
el comer el descansar son mi vida campesina
Ser libre es mi rutina porque aprendí a corcovear.
Tanto me quiere mi dueño usted no se da una idea
por mí quizás hasta pelea el puesto él mientras su sueño
me cuida con gran empeño habla de mí en los fogones
póngase en mi situaciones sea franco piense profundo
trabajar unos segundos por un mes de vacaciones.
Porque no ve el estado de nosotros los domingos
tantos amigos distingo que bien a viejo han llegado,
"El Chavo" fue homenajeado qué veintipico tenía
el Juan chico que un día muy veterano se sabe
o aquel cruz Montiel de Altavez o El cuervo de García.
Veo desde temprano al puestero que al de trabajo ha ensillado
estaba de ayer encerrado pobre porque quedó de "Nochero"
y hasta que entra el Lucero tendrá que trabajar tanto
y cuéntenme del quebranto del polo salto pato
y se habla de maltrato de un domingo cada tanto.
Los de polos que corriendo 7 minutos fierazos
espuelin punta y bochazo corriendo en una cancha sufriendo
los de salto corrigiendo golpean los palos fieros
y los de Pato, y Cartoneros ! ahí hay un maltrato diario,
mientras que están presidiarios, Yo retozo en mi potrero.
¡Ojala lo haya entendido, no quiero que usted lo impida,
es la relajada vida que yo mismo la he elegido
otra cosa no he aprendido no la doblego por nada
abra su mente cerrada usted que se cree un pacifico
yo viajaré al frigorífico si paran la Jineteada !!
Lauro era rubio y ágil como el puma. Se lo dieron a mama. Lo crió ella. Los dos usamos una sola cuna. Los dos juimos en ancas a la escuela, nos arrastró a los dos una divisa, nos balaba a los dos una querencia... y el día que el amor nos puso alas, nos chamuscamos en la misma estrella! Éramos carne y carne, Cruz y Fierro: un poncho, un mate amargo, una estribera... Amigos! esas dos manos que junta pa rezar un bendito, la cumbrera; el ñudo potriador de dos varones que cuanto más lo estiran, más se aprieta! Pero el diablo no quiere cosas puras y nos enamoramos de una prienda que tenía los ojos pestañudos y dentradores como dos espuelas. Lauro la llamó Rosa, y yo, la Nazarena. Me la quiso dejar, salió una noche... Se la quise dejar, gané la ausencia... Y no se pudo; peludió la yunta en el tembladeral de su tranquera! Nacidos pa querer a dos orgullos, dentramos a sufrir con dos bicheras y ansí se nos enanca un odio viejo, un odio de venao y de crucera. No lo pude peliar: mama vivía. Y éramos uno pa esa criolla vieja... Sonréibamos los dos, mascando fuego, ataos, codo con codo, a la prudencia. Por el "puma" y por mí, gruñe el amargo... Un día se nos arde la pacencia: hay un "venite"! un revoliar de ponchos, un rechinar de filos, una trenza...! Se nos cruza mi madre y con su llanto, nos apagó la brase de las crestas. Dispués salimos con divisa y lanza; porque pa suerte, reventó la guerra. Vamo a jugar a cara o cruz la vida, en la primer pelea: uno se ha de quedar con los caranchos y otro con Nazarena. En las noches azules de sereno, Lauro no duerme poro pensar en ella y yo, sobre el recao lleno de abrojos, voy pitando hasta el pucho, la pacencia... Un: Carguen! nos sacó del purgatorio a púa y a clarín, lanza y sotera. Yo deseo su muerte y él mi muerte. Y zambullimos en la polvareda... Volvimos unos pocos esa noche; pero el "puma" está allí, no duerme; piensa, mientras yo en el recao no enriedo el sueño por más que sigo dando güelta y güelta. Y una tarde, nos sacan en redota, con los pingos charquiaos por las paletas. Vienen cerquita, errándonos trabuco. Apura, nos alcanzan, revolean... y los tres puños de las boleadoras zumban en el carpido de las güeyas. En eso, rueda un flete: es el del "puma". Cae parao. Pa morir. Ni me doy güelta! Por fin, se va a quedar con los caranchos, y yo, con Nazarena...! No se pudo! Algo toro, algo que sale del pecho de mi madre o de mi tierra, me hace sentar el flete en los garrones; y hundirlo en la tormenta! Golví pa cáir con él, en Cruz y Fierro, pa salir enancaos en una décima, pa mirar en los ojos a la guacha que rezó por los dos en mi tapera! Y lo saqué nomás! Callaos y tristes nos vamos acercando a la tranquera de la mujer que Lauro llamó Rosa y yo, la Nazarena. Allí el "puma" me dijo de a caballo, cuasi al cerrar el alma y las espuelas: -Yo sigo con la vida que me diste, vos casate con ella.
Llora la tarde pampeana con esa nostalgia muda que la planicie desnuda con el horizonte hermana. El sol diluye en la grana su ultimo aliento de vida y en la extensión dolorida semejan los nubarrones; los sangrientos algodones que restañaron su herida.
La sombra engarza el topacio de los pastos que se mecen mientras cual almas florecen estrellas en el espacio. lanzan al ganado reacio algún paisano su grito y cual un monstruo maldito nos da el tren la sensación
de un enorme lobisón aullando hacia el infinito.
Cual personaje de ensueño va hacia el lejano confín.
Jinete en flaco rocín.
un viejo de altivo ceño.
En el paisaje de sueño
luce un astro su melena
y une en su frente serena
aquel hidalgo paisano
a las nostalgias del llano
la cerrazón de su pena.
A su marvha de vencido le pone un marco la tarde,
solo el hornero hace alarde
de conocerlo en su nido; y a su clarín atrevido
que el viejo olvido desgarra,
vuelve a animarle la garra que mostró cuando en los llanos le llamaron los paisanos
el novio de la guitarra.
Luego el veintenio de acero mis ansias en gestación
toda una constelación
de su derecho y su fuero.
voleó su audaz "Teru teru"
de los jaguares la garra, con cuerdas de la guitarra hizo a su lanza virolas y sangrientas amapolas florecieron su moharra.
Del pretérito, preñado
de emocionantes pasajes,
con aleteos salvajes,
surge el cóndor del pasado;
su existencia de bañado
cruza como un aquilón ,
y al perderse en la extensión
de su vida de precito;
semeja el igneo arolito que hace aullar al cimarrón.
Las medias tintas inciertas de la planicie pampeana
animan la caravana de sus añoranzas muertas, y por las landas desiertas
el golpe de las caronas y el sonar de las lloronas pueblan el campo dormido de ese apagado quejido
con que imploran las bordonas.
Así el último trovero del americano arresto dejó la pampa en un gesto
de rapsoda aventurero. Frente a la muerte altanero, el descendiente de Sandes, ansió los picos más grandes para poder descansar; y se marchó a disputar
Es la historia de un soldado que me conmovio hasta el alma
que me hizo tomar la pluma, y escribir estas palabras.
Me hablaron de aquella guerra de nuestras islas sagradas
y de esos tantos valientes que lucharon por la Patria.
Donde el silencio y la noche acompañan a esas almas
que pagaron con su vida y el precio de la esperanza
por defender nuestra tierra injustamente usurpada
que son la eterna bandera de color celeste y blanca
Me abrio en el alma una herida cuando escuche las palabras
del hijo de un ex soldado que le sobraron agallas
pero nunca olvido esa época pasada,
él la lleva bien escrita con cada letra en el alma.
Señor Carlos Astudillo ex soldadado de mi patria,
él que nunca hablo del tema, si alguno le preguntaba
solo Dios sabra el secreto que se oculta en su mirada,
tal vez lo sepa el silencio que invade su cuerpo y alma.
Y fue una tarde cualquiera que una visita llegaba,
justamente un ex soldado, guerrero en aquellas armas,
que después de muchos años que sus vidas separaba
al fin y al cabo el destino, nuevamente los juntaba.
Y fue de un momento a otro que al final nació la charla,
y lo hizo volver al tiempo y aquellas frias montañas,
y preguntó el compañero si AStudillo recordaba,
de esos cerros en el sur cuando montaban las guardias.
Entre el frio y las alturas, su coraje despartaban
poniendo en juego su cuero, pero sin echar retranca.
El hombre quedó callado poniendo fin a la charla,
se levantó de la silla dijo que regresaba ,
y cuando volvió en sus manos traia una vieja manta,
como dando una respuesta a la pregunta ya dada.
Se hizo un silencio profundo y el mismo con una lágrima
le sintió hasta el mismo olor y hasta el ruido de sus armas.
Todos vieron ese abrazo que se dieron con el alma,
momnumento a los valientes de aquellos que en paz descansan.
Y sólo se oyó decir entre llanto unas palabras,
como dejando bien claro a los que atento escuchaban,
como explicarle al silencio que no era sólo una manta
y era con todas las letras un pedazo de patria !!